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Foto del escritorRevista Adynata

Ensayo brevísimo de una praxis /Virginia Medina


Entre las resonancias de la escucha analítica y la lectura constante de la teoría psicoanalítica surge esta escritura ensayada, renovando la reflexión que no cesa más allá de un saber que adormezca.


Abriendo alguna vía en la enunciación, las preguntas en esta oportunidad serán dos:

¿Hay clínica psicoanalítica?

¿Existe la práctica psicoanalítica?


Tomemos la primera pregunta:

El término clínica utilizado en la práctica médica se define como el tratamiento de las enfermedades. Freud en sus inicios no fue ajeno a esa práctica, de la cual rápidamente dejó de interesarle y se retiró sospechando.


Una carta de Freud a Ferenczi distingue en su letra el lugar equívoco y enigmático que designa a aquéllos que lo seguirán, “Ignoro si Ud. ha detectado la secreta relación entre el Psicoanálisis Profano y el Porvenir de una ilusión. En el primero quiero proteger al análisis de los médicos y en el último, de los curas. Quisiera ponerlo en manos de una profesión que todavía no existe, una profesión de curadores profanos de almas, que no necesitan ser médicos y que no deben ser sacerdotes”. Ni necesidad, ni deber, ni religión, un curador profano, una cura profana y una dirección ética.


En la Conferencia (mesa redonda del Collège de Médecine, en La Salpêtrière, el 16 de febrero de 1966 y debate posterior) Lacan con una oralidad de abigarrada síntesis nombrará los fundamentos de la teoría del Psicoanálisis creada por el maestro e inventor.

Recortará de qué mirada se trata la mirada médica; una mirada omnipresente que se fija sobre el campo del cuerpo en un corto tiempo en que éste subsiste como “vuelto a la muerte, es decir el cadáver”. Lacan en esa conferencia discurrirá sobre la demanda del enfermo, la dimensión del goce en el cuerpo y del deseo, entre otros conceptos. Así se podrá leer la propuesta ética que sostiene las subversiones anticipadas por Freud, extra-territoriales al territorio de la medicina.


El significado de la palabra clínica quedaría suspendido por falta de significado para la teoría del psicoanálisis. La invención del inconsciente freudiano le otorga palabra a otra escena, a los excesos del lenguaje.


Un analista abre los ojos a lo imaginario para cerrarlos en el movimiento de lo simbólico. Ciegos en la conciencia y videntes en lo inconsciente parafraseando a Freud. Si hubiera clínica psicoanalítica, para el Psicoanálisis habría relación sexual. La subversión del sujeto como sujeto dividido habilita la enunciación del axioma lacaniano; “no hay relación sexual”. Masotta encuentra una verdad abstrusa en esa frase, de difícil comprensión, siendo entonces que la relación poética del Psicoanálisis con la poesía, la verdad y el deseo acudirá a su pluma en Ensayos Lacanianos: “… una «relación sexual» es por lo menos una comedia, en el sentido ontológicamente duro del término, a saber, algo que pertenece al registro de la máscara, de la contraposición de imágenes, velos, desdoblamientos de espacios; mientras que puede ocurrir que el semiólogo —ocurre la mayor parte del tiempo— considere que remite a un coito y que éste es un hecho óntico: error impagable del que sólo se puede retornar por una reflexión cuidadosa sobre la noción de «relación de objeto» (para las teorías psicoanalíticas), sobre la noción de «contenidos» (el que las tendencias de origen estructuralista y anti/contenidistas de las disciplinas contemporáneas que se ocupan de la significación dicen haber criticado).” Entonces, siendo que el inconsciente está estructurado como un lenguaje y que no hay relación sexual, estos axiomas de Lacan habilitan la pregunta de Masotta en su texto Introducción a la lectura de Jacques Lacan, texto que le dedica a la lectura y análisis del Seminario de la Carta Robada: ¿Quién habla y a quién? El oficio de analizar no tiene su punto de partida en el seno de una relación imaginaria con el otro. De la imaginería también estamos hechos, el yo es correlativo al otro, “el nivel en que es vivido el otro sitúa el nivel exacto en el que literalmente, el yo existe para el sujeto”.


El analizar del analista no es de yo a yo. Analizar es una experiencia dedicada a la transferencia, a la relación con lo ausente, a la repetición de la cual se distingue. No hay clínica, hay praxis de un sujeto dividido. La presencia del analista es testigo de una pérdida (Lacan dixit).


Pasamos a la segunda pregunta con esta cita de la conferencia titulada "Psicoanálisis y Medicina" mencionada en unos párrafos más atrás.

“Del mismo modo que Freud inventó la teoría del fascismo antes de que éste apareciera, igualmente, treinta años antes, inventó lo que debía responder a la subversión de la posición del médico por el ascenso de la ciencia: a saber, el psicoanálisis como praxis."

Lacan apuesta al término “praxis”, la experiencia en el hueso duro de lo real. Una frase que no tiene significado, tiene significantes. Explicarla sería como intentar explicar un chiste. Un significante no representa nada, sino que representa al sujeto para otro significante. No hay práctica de un sujeto a un objeto.

Masotta propone nombrar la praxis analítica como una práctica de la asociación libre cuya práctica da letra a la teoría que la sustenta.

La asociación libre, un movimiento de desgarro de la letra en el cuerpo, obstaculiza convertir la teoría en repetición y recuperación de un conocimiento hermético o dedicado a la hermenéutica.


La conceptualización de la experiencia permite interrogar las intervenciones de la escucha. Los conceptos son invitados a ser interrogados y aprehendidos en un aprés coup de la escucha analítica.


En la tensión de la experiencia los conceptos caen, se ausentan y retornan en relieve, vueltos a colorear por las enunciaciones que resuenan de los analizantes. Se esquicia la mirada del analista y la letra de su inventor, Freud y su lector, Lacan, se potencia infinitamente volviéndose una lectura que se encuentra con alguna novedad una y otra vez.


Winnicott consideraba que el trabajo de analista incluía cierta dimensión de creatividad. Un cuadro, una poesía inconclusa pueden componer una escena analítica.


La vida no es sueño, poniendo en equívoco la conocida frase de Calderón de la Barca, Lacan acerca la idea de praxis a un lugar donde el sueño deja de ser el guardián del dormir para estar más cerca de un sueño perturbador. Así como perturbadora puede ser la transferencia para el oficio de analizar.


Winnicott señala que el estado de somnolencia del analista en sesión puede ser una respuesta contratransferencial a la resistencia del paciente. Lacan nos enseñará que la resistencia es la del analista, trabajo con lo incognoscible, con lo indeterminado que precipita lo (in)determinante del significante.


Un párrafo final dedicado al análisis con niños, Lacan al final del seminario II utiliza una hermosa analogía. A la pregunta de ¿Dónde está la palabra? ¿Dónde está el lenguaje? Lacan responde: “A veces el mensajero se confunde con el mensaje. Si lleva algo escrito en el cuero cabelludo ni siquiera puede leerlo en un espejo, hay que raparlo para obtener el mensaje. (…) ¿es por sí solo un mensajero?” El sujeto es el mensaje.


La consulta por los niños se constituye por efecto de sustitución sobre una pérdida en el origen. La noción de infancia para el Psicoanálisis no hace referencia a lo histórico. El sujeto ya está metido en el lenguaje antes de su nacimiento. Lacan: Si algo significa el psicoanálisis, es que el sujeto ya está metido en algo que tiene relación con el lenguaje, sin serle idéntico, y que tiene que reconocer su sitio en él: el discurso universal.


No hay práctica, hay praxis en un fondo de ausencia.



Bibliografía:


Masotta, O: Ensayos Lacanianos. Editorial Anagrama. Barcelona 1976.

Masotta, O.: Introducción a la lectura de Jacques Lacan. Eterna Cadencia. Buenos Aires 2008

Lacan, J.: Psicoanálisis y medicina. el lugar del psicoanálisis en la medicina Jacques Lacan Psychanalyse et médecine. La place de la psychanalyse dans la médecine. Conferencia durante una mesa redonda del Collège de Médecine, en La Salpêtrière, el 16 de febrero de 1966 y debate Posterior: https://www.lacanterafreudiana.com.ar/2.5.1.9%20%20%20PSICOANALISIS%20Y%20MEDICINA,%201966.pdf

Lacan J: Seminario II El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnico Psicoanalítica. Paidós. Buenos Aires 2008.

Winnicott, D: Realidad y Juego. Editorial Gedisa. Barcelona 1993



Tomohide Ikeya, REspira #034 2010 Impresión de pigmentos de archivo sobre papel Hahnemühle

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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