Cita irresistible
¿Cómo resistirse a la tentación de iniciar un texto que nace al fragor de lo que suscita “Darse a la cita” con una de las poesías más conmovedoras acerca de la cita?
Invocación a las minorías silenciosas / Calling all silent minorities (1978) de June Jordan, traducción Diana Bellesi.
HEY HEY
VENGAN C’ MON
SALGAN COME OUT
DONDE QUIERA QUE ESTÉN WHEREVER YOU ARE
NECESITAMOS REUNIRNOS WE NEED TO HAVE THIS MEETING
EN ESTE ÁRBOL AT THIS TREE
QUE NO HA SIDO AIN’ EVEN BEEN
PLANTADO TODAVÍA PLANTED YET
Citas que incitan
Si te dejás, hay citas que habilitan, además de formas de vivir, formas de pensar y formas de escribir. Recuerdo el asombro adorable al leer en Rayuela o en El libro de Manuel que Cortázar incluía citas de canciones, poesías, diálogos o expresiones en inglés y en francés. O cuando descubrí ese poema increíble Para leer en forma interrogativa que habilita otros juegos de escritura (y de lectura, y de vida).
Citar y respirar.
Recitar y respirar.
Concitar y conspirar,
excitar y expirar o
incitar e inspirar,
suscitar y suspirar.
Transitar y transpirar.
La erótica de las citas
Pretende inventar una App de citas que conecte por autores, por libros, por poesías. Puede incluir diferentes idiomas (¿en qué idioma se cita?). Puede fragmentarse por épocas históricas, tal vez no por países, quizás convenga ir más allá de lo privado de las dominaciones de los territorios, de las fronteras y de las patrias. Seguro hay montones de géneros, muchos muchos más que dos.
Tiempos, velocidades y citas
¿Qué pasa hoy con el tiempo? ¿Qué pasa en el tiempo?
Vivir en la grasa de las capitales incita a la aceleración. ¿Cómo se producen las posibilidades de registrar esas fronteras que llamamos cuerpo? ¿Qué hace sentir esas conexiones?
Vivir entre cemento, cocaína, tusi y asfalto ¿transforma fricciones en choques y accidentes?
Tantas veces vivimos a los tropezones, ¿cómo hacer rebajes para andar a otras velocidades?
Ataques de pánico, accidentes, ansiedades buscan contrarestarse con pastillas y diagnósticos que refuerzan lo individual y lo interno. La centralización de lógicas binarias se restituye no solo desde la necesidad de intentar restablecer la ilusión del adentro-afuera sino también desde el recrudecimiento que insiste en reponer esa dupla mínima hombre-mujer.
¿Cómo intervenir estas velocidades en las que vivimos el tiempo (en las que el tiempo nos vive), esta reposición de la lógica binaria -siempre clasificatoria- para darse a la ocasión?
Citas con amor
¿Qué hace citar sólo canciones y series antes que libros y escritores?
¿Qué hace que irrumpan Cortázar, Percia, Foucault, Zito Lema y Pizarnik?
¿Por qué olvido citas de Borges?
Por ahí, a veces cantar pueda pensarse como citar, como estar en esas palabras que vibran en bocas que no las enunciaron por primera vez. Amar las palabras, amar las canciones,.
¿Cómo, cuándo la transmisión?
Le preocupa la transmisión. Casi le obsesiona. Cuando revisa las cajas y álbumes de fotografías de la historia familiar encuentra gente a la que le perdió el nombre. Y ya no hay cómo recuperarlo ni a quién preguntarle.
¿Qué sentido tienen fotografías que no reciben miradas, que no quedan inscriptas en una historia? ¿Cómo poner en circulación lo que guardan esas cajas?
Un asombroso contraste se produce: fotos digitales halladas en la memoria de una cámara desatan la algarabía de un viaje en el tiempo -hacia un tiempo cercano, no remoto-. Viaje que se vive como si se tratara de un cúmulo de años.
Quizás, alguna vez, alguna curiosidad se encuentre con esas cajas.
Darse a la cita
Habla amparado en una cita. Esa cita lo enmarca.
Cada palabra -y cada cita- quedan elegidas con amor y precisión. No cualquier precisión sino esa que pisa temblorosa ante el riesgo de que algo no buscado se escape y dañe el decir.
Las citas se pronuncian para reparar olvidos que busca instituir cierta historia del pensamiento. Acuden, presurosas, las delicadas y fervorosas citas de escrituras y conversaciones que la amistad ha sabido concebir.
Una común escucha, conmovedora, aloja y se hace cuerpo, se hace ojos conmovidos y brillantes, deviene y se cuela en sonrisas fugitivas acunadas por el ritmo de todo lo que viaja en una voz.
Viaje que invita, entre tantos desafíos a desnombrar la angustia e intentar caminar de espaldas a lo por venir.
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