Post Guardia XVII / Débora Chevnik
En "hospitalés", el dialecto de los hospitales, se llama "pase" a lo que ocurre "entre" un equipo y el siguiente; entre un día y el que viene.
Alientos de los tiempos pasan por los cuerpos, por los espacios.
Saboreo de narrativas autorizadas. Y desautorizadas. Lo que "pasa" y lo que "no pasa". Fábrica de modos, de acentos, de gestos. Escenario para performateos. Las palabras que (nos) hacen. Entre pavoneos, machetes y huracanadas institucionales se mezclan pedagogías y estrategias de supervivencia. Clínico, también, es lo que se cocina en ese guiso.
"Pasará pasará...." es un formula de un viejo juego infantil. "Pase al frente" recuerda uno de los peores momentos de las infancias escolarizadas. Má si…“que pase lo que pase”.
"¿Que te pasa?" es una gran pregunta clínica cuando hay oídos para sostener lo que llega y lo que no llega a decirse. "Que te pasa", también, funciona como prepoteada.
Sana sana colita de rana, "si no pasa hoy, pasará mañana"... esa infinita caricia de palabras que alivia dolores incluso los que no pasan.
En los "pases" se pasan datos. Información, códigos, diagnósticos, fechas, nombres. El teatro de palabras desencantadas funciona a la perfección. Angustias y otros desvíos "no pasan". Como esos permisos de salida (así se llama en los hospitales cuando alguien internadx es “autorizadx” a salir por un rato o unos días) que no se dan; "a ver si le pasa algo".
Con las paCes se encaprichan quienes habitan los pases arrullados por las pesadillas de la civilización. Con Goya se te graba bien clarito: El sueño de la razón produce monstruos.
Hay "pases" y "pases". Unxs goleadorxs son lxs que manejan el código, hablan con precisión, discurren poco. Cortito y al pie (son lxs goleadorxs tipo panelista de tv). Otrxs son lxs que hablan como si fueran un power point; con la lengua llena de algoritmos, te llevan de paseo en una visita guiada fascinante (son lxs goleadorxs tipo cientificistas). Por último, están lxs que enfocan en navegar sus palabras de acuerdo a los vientos de la casa (lxs goleadores tipo statuquocistas). Lxs goleadorxs son, claro, quienes se llevan los aplausos. Y después están lxs que trastabillan, pierden el hilo, tartamudean y se les hace presente el cuerpo todo el tiempo (por ejemplo si dicen hígado se tocan la panza o si cuentan que unx paciente está abandonadx se les llena la cara de pena). No son goleadorxs ni quieren serlo. Les alcanza saberse defensorxs. Les aterra vivir en modo “uy, no sabía, ¿pasó algo?”
Los "pases" se hacen en diferentes lugares del hospital. Eso varía según quiénes participan.
Los más importantes se hacen en el aula magna. Que suelen ser los lugares más grandes de los hospitales. Donde se realizan actos públicos, se entregan premios, títulos; se baña con discursos de bienvenida a lxs mas nuevxs y se saluda a lxs recien jubiladxs. Se (re)presentan trabajos de cada sector de los hospitales para la admiración de los demás. Son auditorios con escenario y con butacas. Suelen llevar dos nombres: el de un médicO muy reconocido de la historia de la medicina y el de una figura del arte, por ejemplo, del teatro.
¡Siguieeeente! "¡Pase el siquiente!" Un número más. La lista. Tildar. ¡Siguiente! Números. Gasalla. Siguiente! Estadísticas. Clinc caja. Siguiente! Dinero, reconocimiento.
"Pases mágicos" son las destrezas que saben moverse para acá yendo para allá, saben ilusionar ojos expectantes y no los defraudan. Expertxs en apariciones y desapariciones emocionantes. Artimaña frágil para ver el mundo por primera vez. Ensueños de otros mundos en este mundo.
Issac Cordal, MUU, Zagreb. Croatia, 2012
Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.