II
La escritura es un oficio distinto al de la vida.
Herta Müller
Fin de fiesta:
el universo
como cantera de muertes
prematuras,
mal
olor a la mala conciencia,
de la historia singular
fosas plurales,
en lo que el grito no se oye,
la risa vaga por el reir de la tierra:
y esas miradas que actúan
lejos de la pregunta por el origen:
dónde empezó, qué error, en qué
larva inacabable ha tenido lugar?
III
El mal, no los errores, perdura,
lo perdonable está perdonado hace tiempo, los
cortes de navaja
se han cerrado también, sólo el corte que produce
el mal,
ése no se cura, se reabre en la noche, cada noche.
Ingeborg Bachmann
He descubierto una rama de odio
en la magnolia del parquecito:
no es de nadie el árbol, el paseo,
el descubrimiento.
De quién es el odio?
Ama la magnolia su brote,
su rama que estalla a punto
de floración bella y blanca?
Qué estupor ver esa especie
creciendo, su inocencia
aparente en la forma de
encarnar,
qué deseo de un
alerta a los sentados, los solos,
los amantes de la sombra,
decir: cuidado allí, cuidado así
yo misma asustada
todavía, conjeturando sobre
modos sorpresivos de proliferación
de un sentimiento
en el reflejo del cristal que el hielo deja
en el tapiz, el musgo en la terraza,
dentro del poso de la taza de café,
hay un odio que crece para alguien
en el cuajo de leche y en la cepa
del vino y en el hilo de coser
puede haber odio.
Camino hacia la zona de luz,
salgo del bosque casi artificial,
de utilería los bancos en la grava,
llevo la rama
pesada, todo lo que miro
se enturbia en el agobio
del recuerdo de un árbol.
Mala semilla durmiendo
entre nosotros, para siempre burlados
en la idea de un Jardín.
Fuente: Publicados en El Libro del Buen Amor, 2015 por Wolkowicz Editores, presentado por Horacio González y Luis O. Tedesco, con lectura de poemas por Ingrid Pelicori.
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