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  • Foto del escritorRevista Adynata

La Ética demostrada según el orden poético / Liliana Lukin


Demostración

(habla Baruch de Spinoza)

Sueño con una puerta:

armo mi cerrojo

como una llave.

Como en todos los

bellos sueños humanos,

la puerta da a un jardín.

Pero mi llave abre hacia

adentro, donde solo

hay sombra, perfume y rumor

de hojas y de viento.

Yo que he sido

echado, expuesto, amo el resto

de luz que hace posible

ver el jardín donde no

hay un jardín: amo

mi arrojo, mi cerrojo,

el peligro del texto

concebido.

Escolio:

Sueño con pertenecer. Yo,

que nada tengo, a quien nada

pertenece, he sido arrojado.

Amo mi arrojo,

ese acto contra mí

ha hecho de mí lo que soy:

un artífice

que documenta la visión:

un revelador y un

rebelado.

Sueño con ser

recibido,

que mi madre

tome mi rostro entre

sus manos y no pueda

dejar de llorar.

Sueño con perder

el miedo como se pierde

el amor: practicando

su falta.

Sueño con volver

al regazo aún atroz

del mundo,

con los libros que he

escrito, carne de mi carne,

dentro

del saco, como

almohada:

Yo, que he sido

puesto fuera, temido y

desoído y siempre a punto

de caer, cuelgo

del hilo de mi razón

como de la cuerda

el ahorcado:

soy mi razón y mi cuerda.

Sueño con dejar

palabras en el oído

de un niño: quién

podrá decir que no

dije lo que pensaba y

amé y entregué y cuidé

mi pensamiento

como un padre ?

Sueño con una puerta:

armo mi cerrojo

como una llave.

Como en todos los

bellos sueños humanos,

la puerta da a un jardín.

Pero mi llave abre hacia

adentro, donde solo hay

sombra, perfume y rumor

de hojas y de viento.

Yo que he sido

echado, expuesto, amo el resto

de luz que hace posible

ver el jardín donde no

hay un jardín: amo mi arrojo,

mi cerrojo, el texto

en el peligro

concebido.

Libro I

“Los hombres, en la medida solamente en que viven bajo el gobierno de la Razón, hacen necesariamente lo que es necesariamente bueno para la naturaleza humana, y por consiguiente, para todo hombre”

“…de donde se deduce que los hombres que son gobernados por la Razón, es decir, aquellos que buscan lo que les es útil bajo la dirección de la Razón, no apetecen nada para ellos mismos que no deseen también para los demás hombres, y son así justos, de buena fe y honrados.”

“Es raro, no obstante que los hombres vivan dirigidos por la Razón, están dispuestos de tal modo que son envidiosos en su mayoría y motivo de pena unos para otros.”

“No pueden, sin embargo, pasar la vida en soledad; casi todos oyen con agrado la definición que dice del hombre que es un animal sociable, y, en efecto, las cosas están arregladas de tal suerte que de la sociedad común de los hombres nacen más ventajas que perjuicios.”

I

Siendo que

‘el sueño de la Razón

engendra monstruos’

yo deseo que la Razón

no sueñe,

sino que obedezca al deseo

y sirva a la necesidad.

Mi sueño de obediencia

y servicio se olvida

de incluir entre sus frases

‘si no así, cómo, si no aquí, dónde,

si no ahora, cuándo’.

Mi sueño es un sueño

incompleto. Temo por él.

II

La potencia de obrar

está en mí como un sueño:

cierro los ojos

y se enciende la máquina

de realizaciones ilusorias.

Los cristales solidarios

dan visiones

donde lo cóncavo o convexo

es imaginación,

deseo y conciencia.

III

Todo lo que escriba será

usado en mi contra,

agua entre las

piedras criando musgo,

dejarla correr,

suficiente en sí

misma, - dicha- ,

todo lo que escriba

será usado en mí.

IV

Con una marca de tinta

señalo las puertas

de los sueños no cumplidos:

años de tinta, tiza, carbón,

años de sueños señalados.

Cuando duerma

otra vez, las ideas bailarán

alrededor de una mesa

la danza de los apenas

satisfechos.

Al despertar abriré,

apenas tocando, lo marcado

y gritará: una rajadura

basta para entrar

al paisaje de lo incompleto.

Y estaré cansado,

no como quien trabaja

en un sueño,

no como quien insiste

dibujando detalles de un tapiz

para no corromperse

en lo quieto de haber visto,

sino agobiado,

como quien pone los platos

que faltaban

en una mesa interminable

y no tiene platos

ni pan,

sólo puertas.

V

Si lograra dormir,

profusas imágenes en movimiento

darían plenitud

a la cosa soñada.

Como una mesa sucia

donde han comido los amigos

la escena se expandiría

hacia los bordes: todo mesa,

todo sucio de haber saciado,

todo mantel el mundo.

Pero estoy despierto

y los niños me miran

porque canto, lloro,

bailo en círculos cada vez

más grandes

e inmerso en la pena

entro en la oscuridad.

VI

Sueño con voluntad:

mis sueños como una maqueta

de vidas por armar,

diseñados con materias probables,

equilibrios frágiles y torpes,

razones intercambiables.

Planos de planta,

dibujitos habitables

por los excesos y

la precariedad: telas,

vidrio, papel,

generosidades, honestidad,

obstinación.

En mis sueños,

toda vida así construída

encuentra su arquitecto

y su felicidad.

VII

Despierto y recibo

como un golpe moral

la totalidad de lo visible:

hueso, mendrugo,

piedra,

entre alguna floración

risas:

el mundo ardiendo

sobre la calma del resto

del mundo,

pero nada que indique

que el cambio se ha vuelto

posible,

ningún cartel que diga

‘prohibido el daño

a terceros’.

En desesperación recibo

como un golpe la desesperación:

haber soñado y ahora estar

despierto: muerdo el hueso,

doy el mendrugo a roer,

levanto la piedra y maldigo,

no como quien ha soñado

con lo profundo de no poder,

no como quien sabe qué hacer

y no encuentra cómo ni dónde

ni con qué,

sino como probando fuerzas,

preparando dientes,

pesando los obstáculos

y dejándolos caer

por la ley

de su propia gravedad.

Libro II

“El deseo es la esencia misma del hombre, es decir, un esfuerzo por medio del cual trata el hombre de perseverar en su ser.”

“Este esfuerzo, cuando se relaciona sólo con el Alma, se llama Voluntad, pero cuando se relaciona a la vez con el Alma y con el Cuerpo, se llama Apetito….”

“El Deseo es el Apetito con conciencia de sí mismo. Queda, pues, establecido por todo esto que no nos esforzamos en nada, ni queremos, apetecemos o deseamos cosa alguna porque la juzguemos buena, sino que, por el contrario,juzgamos que una cosa es buena porque nos esforzamos hacia ella, la queremos, apetecemos y deseamos”.

“Un deseo que nace del Gozo es más fuerte, en igualdad de cosas, que un deseo que nace de la Tristeza.”

“Llamo, además, la afección del Gozo relacionada a la vez con el Alma y con el Cuerpo, Placer o Alegría; la de la Tristeza, Melancolía o Dolor.”

“El Gozo es una afección que secunda o acrecienta la potencia de obrar del cuerpo, por el contrario, la Tristeza es una afección que disminuye o reduce la potencia de obrar del Cuerpo.”

“Por Gozo entenderé, por consiguiente, una pasión por la que el Alma pasa a una perfección más grande. Por Tristeza, una pasión por la que pasa a una perfección menor.”

VIII

Los sueños no cumplidos

se vuelven materia de sueños

por soñar:

sueños marcados que ensucian

lo no soñado aún,

pesadillas para recordar

que este trabajo es

inútil, que no es un trabajo,

que la tiza, el carbón, la tinta,

manchan la mano que se ve.

Debajo del sueño nuevo

amenaza la mano invisible:

limpia, sin pies

ni cabeza, hace todo lo

posible

para hacerme olvidar

que dormía.

IX

En cada sueño soy un extranjero

que trata de escuchar sonidos

creyendo en un lenguaje.

Sin identidad ni cartilla

de racionamiento, ni dineros,

vago por un paisaje de ideas

infinito y repetitivo,

pero no entiendo las señales

ni las señas, paso hambre,

no encuentro dónde dormir,

nadie me recibe y quienes ven,

miran abajo, donde algo parece brillar.

En cada sueño el paisaje es otro,

y aunque siempre suele tener

la forma de mi deseo,

soy a todas luces

un extranjero,

“el que por las noches aúlla”.

Vuelvo de ese exilio más viejo,

pero no como quien

estuvo lejos

y vivió una vida horrible,

ni como reconociendo cada cosa

con amor,

sino como quien despierta

de un sueño y sabe

que ‘esto’ es lo que soñó.

X

Sueño con un bosque

que va a desaparecer,

donde cada árbol sabe

que puede ser una casa

en el sueño.

Sé que eso es cierto

pero poco probable,

y al viento de su disgregación,

hachado sin piedad

por una fuerza

sin manos ni herramientas,

el bosque hace su poder

y puebla de hogares

lo desierto.

Yo despierto asombrado,

no como quien soñó

trabajos imposibles,

no como habiendo levantado

estructuras pequeñas del desastre,

sino como quien estuvo

en un bosque,

admiró la intrincada

ingeniería natural,

calculó riesgos y bondades

y prefirió esa muerte y su

resurrección.

XI

Sueño con cópulas

alegres y misteriosas:

todo casa entre sí,

puro encastre

no temeroso,

breve suspensión en el gozo

de una superior necesidad.

.

Sueño con cópulas

y cuando deje de soñar,

saldré partido en dos,

no como herido por un rayo,

no como separado de mi otra

mitad,

sino como habiendo visto:

oscurecido

por este mundo de

hambrientos, desarrapados

y solos,

incompleto por una miseria

que no sana

en el cuento de ninguna vigilia.

XII

Algunas noches materializo

como excesos las cosas

que encuentro escasas en el día.

A veces paso horas riendo

como si apagara una sed,

o agradezco encendido

la lumbre

que me dieron para encender.

He amanecido celebrando este cuerpo

que me hace libre de celebrar,

y tengo insomnios donde veo

a los seres perseverando en su ser

bajo un mismo cielo amigable.

De lo que abunda en el día

hago un inventario

que mastico

haciendo ruido con los dientes

mientras duermo.

Dicen / las malas lenguas

que las noches con excesos

siempre terminan mal.

Libro III

“La Alegría no puede tener exceso, sino que es siempre buena, por el contrario, la Melancolía es siempre mala.”

“Llamamos malo a lo que es causa de Tristeza, es decir, lo que disminuye o reduce nuestra potencia de obrar.”

“El Alma se esfuerza , en cuanto le es posible, en imaginar lo que acrecienta o secunda la potencia de obrar del Cuerpo, es decir, lo que ella ama.”

“Nos esforzamos en procurar que sobrevenga todo lo que imaginamos que conduce al Gozo; por el contrario, nos esforzamos en alejar o destruir todo lo que imaginamos que le es contrario o que conduce a la Tristeza.”

“La Esperanza no es otra cosa que un Gozo inconstante nacido de la imagen de una cosa futura o pasada cuyo resultado es tenido por dudoso. Por el contrario, el Temor es una Tristeza inconstante nacida igualmente de la imagen de una cosa dudosa. Ahora bien: si se quita la duda de esas afecciones, la Esperanza se convertirá en Seguridad y el Temor en Desesperación.”

“Se deduce de estas definiciones que no hay Esperanza sin Temor ni Temor sin Esperanza”.

“Las afecciones de la Humildad y del Menosprecio propio son, por otra parte, muy raras. Porque la humana naturaleza considerada en sí misma, les opone la mayor resistencia que puede, y así aún aquellos que juzgamos más llenos de falta de estimación propia y de humildad, son generalmente los que sienten mayor ambición y envidia.”

XIII

Llevo el peso en la nuca

de los sueños no cumplidos

al despertar:

años que la razón me guía,

como a una hiedra

por los muros, cubriendo

espacios duros con

materias blandas.

Un dolor permanente

hace que ande ligero,

cargando ideas en acto

a las que su verdad les da sentido.

Pero lo cumplido no alivia

la fiebre del soñar

ni compartirlo divide mi pena.

XIV

Algunos sueños son

mejores que otros,

porque parecen una fuerza natural

donde me pierdo

en otros que los sueñan conmigo,

son felices,

más fáciles de recordar

y antiguos: como si fueran

lo que llamamos –todavía-

“el sueño de todos”.

XV

Me hundo entre las páginas,

hurgo con la lengua

en el lenguaje

y sueño con placeres:

el universo entero

descansando de catástrofes,

sin inocencia, pero olvidado del mal.

En el instante del sueño

todo está de acuerdo a su naturaleza,

y atento a una violencia

mayor que el silencio,

más cerca del bien común.

Cuando despierte

tardaré en recuperarme

de la desilusión, no como quien desea

algo que le es arrebatado,

sino como quien sabe

lo inútil de su sueño,

pero – no – lo – puede - evitar.

XVI

Sueño con el que escribe,

desenvuelto de sí, desarropado,

incómodo en su falta de lugar,

lo sueño escuchando un habla

y como un eco, proliferar

entre las fuerzas que bien conoce

y de las que da constancia.

Sueño con sus sencillos

movimientos domésticos,

danzas que no alteran

el escenario desnudo

ni la vaga sombra, lo grave

que se esfuma al acercarse él

a la mesa, la pluma, los papeles.

Al despertar, una tristeza

perturbará mi vida, no como si

se perdiera esa escritura, sino peor,

como si fuera yo un niño

que espera fuegos de artificio y ve,

de a poco, en ese cielo,

apagarse toda luz.


XVII


Sueño con ser algo para alguien,

alguien para alguien,

liquen en la roca

o sombra en el camino,

ser el camino

donde pases,

la roca con que tropezarás,

el reposo que

la roca dará a tu cabeza,

el ardor

de los pies y los pies

que no cesan de andar

tras la idea del liquen

en la roca,

y poder proveer.

Fragmentos del libro del título, Ediciones La Cebra, Bs.As.,2011.

Sobre el libro Ética demostrada según el orden geométrico, de Baruch de Spinoza, publicado póstumamente en Ámsterdam, en el año de su muerte, 1677. Primera edición en español, Aguilar, Bs.As., 1957, trad. del latín por Angel Rodríguez Bachiller.

Incluye 8 ilustraciones de Gustavo Schwartz, compuestas con el Agnus Dei de Zurbarán, el texto de la Excomunión de Spinoza y la obra de Goya citada abajo.


La frases en cursiva corresponden a:

Poema I:

1º: .glosa del texto del grabado de Goya que dice “El sueño de la razón produce monstruos”

2º: recreación de una frase atribuída al rabino Hillel, en el Cap.I del libro Pirkei Avot

Poema II:

De La Ética demostrada según el orden geométrico, de Baruch de Spinoza

Poema III: ídem

Poema XII: ídem

Gustavo Schwartz para La Ética demostrada según el orden poético, 2011

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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