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Repeticiones sobre la guerra, la sangre, las exclusiones y los algoritmos 1° parte / Fundamentalismo Estético

  • Foto del escritor: Revista Adynata
    Revista Adynata
  • hace 18 horas
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: hace 19 minutos


1.Sangre

Son las tres de la tarde. Camino en un día caluroso donde el verano está cediendo y las nubes empiezan a revolotear trayendo lluvias. Las primeras gotas empiezan a caer. Logro avanzar unos metros antes de que un chaparrón sinfónico tape las bocacalles con basura y el nivel del agua no me deje cruzar. En la torpeza de querer escapar a la lluvia, un hombre golpea a otro al que no le logro ver la cara. Observo desde un techito que me ampara del chaparrón de verano catalán la escena. En lo que han caído 3 milímetros de lluvia, los dos machos comienzan una pelea. Otros, como yo, que también esperan que pare la lluvia, han vuelto la pelea un entretenimiento. 2 milímetros más de agua y se golpean en la cara como en una película de acción; lo importante ya no es resguardarse del agua, sino de los puños. Caen 3 milímetros más y la camiseta verde manzana del paseante se cubre de un rojo intenso.

Desde tiempos antiguos la guerra se hizo de sangre y sudor: experiencias de lo viril. Sudor expuesto en el entrenamiento. Sangre glorificada en su derramamiento. Aristóteles jerarquizó los fluidos de manera taxativa: el semen como esencia vital, la simiente; mientras la menstruación como sangre impura. De ahí la lógica de la trascendencia: la verticalidad, el logos, la razón, el cielo. De ahí a la división de tareas no tenemos que hacer muchas cuentas. Ella espera en casa mientras él vuelve de la guerra. Ella cría, mientras él hace grande a la nación en el campo de batalla, en las fábricas, etc. La masculinidad se expresa no solo en músculos y fuerza, sino en propiedad privada, territorio, ganancia.

La masculinidad ocupa espacio. No solo explica (mansplaining). No solo abre las piernas en el metro estirándose en un asiento: manspreading. También ocupa territorios en nombre del Estado-nación: coloniza, imperializa. Patriarcado-colonización-nacionalismo: indisociables.

La sangre de los mártires de guerra tiene otra función social y mediática en los dosmilesveinticincos.


2.En línea

Desde que comencé a googlear y ver algunos videos de YouTube sobre algunas de las viñetas de este texto, internet me alimenta de nuevas imágenes. El mandato de virilidad es, sin duda, uno de los temas virales de las redes sociales. Entre tanto buscar aparecen dos nombres de manera repetida. De padre miembro de las fuerzas aéreas de los EE.UU., Andrew y Tristan Tate acumulan más de 10 millones de seguidores y varios delitos vinculados a tráfico de menores y violación. Desde sus redes exhortan, exportando desde Rumanía, un evangelio patriarcal en cápsulas digitales. Son un estandarte de la “manosfera”, desde donde entrenan en misoginia, resentimiento y culto a la fuerza. También en reconocer “qué es y cómo debe ser” una mujer, por supuesto cis. Andrew Tate ha apoyado a Trump de manera abierta y Musk, después de hacerse de la red social X, restableció el usuario de este ex Gran Hermano UK en 2022.

Otro gran trending topic sobre el tema lo dio la serie Adolescencia (2024). Desayunaba a los padres de Occidente sobre los nuevos modos que pesan sobre la masculinidad, hecha de incels (célibes involuntarios), píldoras rojas y reglas de 80/20 (tan solo el 80% de las mujeres sentirá atracción sexual por el 20% de los hombres. El 100% de los hombres deberá luchar por formar parte del 20% que generaría atracción).

Saltar de la serie a un documental fue instantáneo. La directora de La mécanique des fluides (2022), Gala Hernández, analiza la figura de los célibes involuntarios, explica cómo gracias a las redes sociales lograron conformar una comunidad de rechazados. Foros, comentarios en vídeos, vivos, posts se vuelven un refugio y funcionan como una maquinaria de amplificación de su frustración. De una ira compartida. Mientras que en la seducción cuerpo a cuerpo un posible rechazo queda amortiguado en lo real; la seducción virtual apptimizada multiplica y acumula el rechazo. Rechazo, aislamiento, frustración, resentimiento construyen la nueva cadena alimentaria de la vida virtual (y no tanto) de algunos jóvenes.


3.Excluyentes

Llega un email con los últimos lanzamientos editoriales que parecen compatibilizar con los datos que entregué al algoritmo. La autora de Abolir la familia tiene una nueva publicación, Enemy Feminisms (2025). Leo un par de reseñas sobre su último libro. Apunto y copio algunas cosas, pienso en otras:

Sophie Lewis advierte ciertas alianzas inesperadas de feministas, incluida la “mamá” de Harry Potter, con líderes como Trump en gestos como, por ejemplo, excluir a las mujeres trans de los equipos olímpicos. Claro llamamiento a “renormalizar” las jerarquías dentro de los sistemas sexo-género. Algo similar sucedió durante las reivindicaciones en contra del racismo esclavista: algunas feministas prefirieron abrazar la xenofobia y el nacionalismo. En el análisis de Lewis esa genealogía puede que siga su hilo hasta hoy, análogamente, entre el sexo binario inmutable y las nuevas formas de nacionalismo contemporáneo. Es gracias a ellas que Trump puede presentar un ataque contra una minoría como si se tratara de defender a las mujeres de la ideología de género.

El terfismo (feminista radical transexcluyente) se postula como un movimiento que hace de la defensa del sexo biológico una forma de nacionalismo feminista. Es gracias a ellas que una agente de policía en el metro de DF puede bloquear el acceso al vagón de mujeres a mujeres trans alegando que no se les permite el acceso a esa área exclusiva para mujeresi.

Si unos exhortan a la conformación de fronteras fuertes, otros reclaman bordes claros en la sexuación: remarcar los patrones culturales binarios que dan forma al patriarcado. La pérdida del estatus como mujer, la inestabilidad económica, la incertidumbre en el futuro sirven para conformar un abultado número de votantes reunidos alrededor de un objetivo claro: la ideología de género, el feminismo, lo queer, lo trans, lo “woke”, el “zurdaje”. Al tiempo que las democracias neoliberales de mercado amplían su gama de candidatos a opciones cada vez más cercanas a lo que los votantes creen necesitar.

Dentro de los vectores centrales de la llamada “guerra cultural” está la masculinidad en el centro: o bien aparecen como víctimas (“hombres normales” que son reemplazados por feministas y personas trans), o como modelo heroico de defensa de los valores propios de la nación (el varón protector de familia, patria y valores).

En los medios se presenta y repite una ecuación que da un resultado 0 para los hombres blancos, hetero y cis (o no) —y algunas mujeres—. Los avances de un grupo “minoritario” se perciben y son presentados como “sustracciones” en los sectores hegemónicos y aún más: la esencia natural del sexo se ve “amenazada”. Se configuran divisiones de bandos irreconciliables que multiplican la fijeza de las identidades como trincheras.

La ecuación complejiza sus términos cuando se le agrega un ideal de virilidad donde nada es suficiente, donde siempre faltará o se estará en riesgo de perderla. Algunos ejemplos de este riesgo: la fragilidad del envejecimiento, la caída de la testosterona, la dependencia inevitable de otros cuerpos que cuidarán de ellos de mayores o enfermos (cuerpos que suelen ser feminizados y, muchas veces, racializados).


(continúa en Adynata Octubre)


Bibliografía.

Berardi, B. (2025). Entrevista gelatina Agosto de 2025.

Lewis, S. (2025) Enemy Feminisms. TERF, Policewoman & Girlbosses Against Liberation. Haymarket Books.

Lewis, S. (2023). Abolir la Familia. Traficantes de sueños.

Gómez Beltrán, I (2019). Grindr y la masculinidad hegemónica: aproximación comparativa al rechazo de la femineidad en Revista de Estudios Sociológicos XXXVII [online]. 2019, vol.37, n.109. Pp.39-68.

Solnit, R. (2016). Los hombres me explican cosas. Capitán Swing Libros.

Sontag, S. (2010). Ante el dolor de los demás. De Bolsillo.



Joseph Christian Leyendecker Pelea entre dos chicos, estudio de portada del Saturday Evening Post, 1911 Óleo sobre lienzo sobre tabla 33,7 × 27,9 cm
Joseph Christian Leyendecker Pelea entre dos chicos, estudio de portada del Saturday Evening Post, 1911 Óleo sobre lienzo sobre tabla 33,7 × 27,9 cm


Comentarios


Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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