top of page
  • Foto del escritorRevista Adynata

Adynata Junio / VPS

Actualizado: 2 jun 2023

Este mes, Adynata se puso girondiana, spinoziana, pizarnikeana.

Se dejó embriagar, una vez más, por las palabras y por esas inesperadas relaciones que se a(r)man entre las palabras y las vidas.


Mareadas por ese cocktail, esa furunculosis, ese conglomerado de escrituras, unos pescadores –que nos acerca Wislawa Szymborska– encuentran un mensaje en una botella. ¿Habrán visto en las orillas a la niña rubia y cálida de vestido con mariposas y volados rosa, tan rosa? ¿Sabrán ellos de las Flotaciones y Naufragios en Montevideo?


Un blues suena en este otoño, de a ratos, lluvioso. Patricia Mercado “cose alfabetos en disolución” y nos advierte “dicen que escribir es pensar. Pensar con las yemas de los dedos, mientras el otoño sucede”. Daniel Rubinsztejn se refiere a “escrituras pulsionales que hacen ex-sistir al cuerpo” y Eric Schvartz a “voces que atenazan, burocratizan vocablos”.

Y a silencios.

La curiosidad sobre “qué lengua elige Borges para construir el espacio” hace escribir a Ezequiel Buyatti. Y así como Jeremías Cufré busca escribir para el vecino, Cynthia Eva Szewach lanza palabras piedra que, le encantaría, lean lxs practicantes de psicoanálisis porque “es el trabajo con la viva maquinaria colectiva que hace obra, de improviso, como acontecimiento teatral” –escribe– “la fuerza de transmitir el desgarro que puede hablar en una pestaña que cae en el aire”.

Dysphoria mundis otra vez se da a leer y abre paso: “El narrador se descentra. Pierde el norte. No da pie con bola. No sabe ni quién habla ni de quién es su voz”. Al mismo tiempo, cajas de libros que le llegan a Paul B. Preciado de distintas ciudades, rememoran el armado-desarmado de bibliotecas y de amores. Con libros (y amores) que se pierden y se encuentran, se reclaman y se devuelven, se van con y sin rastros. “Cada relación amorosa deja tras de sí una bibliografía, como una suerte de traza o de herencia en la que se cuentan los libros que cada amante aportó al otro. Del mismo modo, podríamos decir que cada relación tiene su biblia, su libro sagrado, el libro a través del que el amor o el desamor se cuenta.

La intensidad y el grado de realización de un amor podría medirse por el impacto que la relación amorosa tuvo o tiene en nuestra biblioteca personal”.


Escrituras que se aproximan y se alejan como Borges y Cortázar, como Lou Andreas Salomé, Paul Ree y Nietzsche, como Freud y Spinoza, como interpretaciones y multiplicidades. Escribe Fernando Stivala “una multiplicidad no es una vida recuperable con características biográficas ni literarias”, y nos ofrece algunas advertencias ético políticas: alerta Mónica, alerta Lou.

Lou Andreas Salomé –quien declara una profunda afinidad intuitiva por Spinoza– y recomienda estudiarlo a “los diagnosticadores de los miércoles psicoanalíticos”.

Así como hay distancias y cercanías, también hay ahogos –de tierra, de agua, de fuego, de aire– que se vuelven poesías que se hunden y estallan ante tanta muerte, tanta injusticia, tanto daño.

Y desatan huracanes de interpelaciones:


en qué expediente / hay constancia de mi grito? / en qué pulmón / entrará el aire que me has arrebatado? exhala Marianela Saavedra.


¿De qué otras cicatrices hablamos, cuando hablamos de parir, cuando hablamos de nacer? se pregunta Cami Manzanilla


¿cómo / abrazamos al fuego? lanza Killa Orbe.


¿Cómo insistir en intervenciones clínicas (institucionales, políticas, pedagógicas, estéticas, éticas) que se constituyan en las texturas de una común debilidad y que no la denuesten o quieran fortalecer y endurecer?” , se pregunta Verónica Scardamaglia.


Alejandro Kaufman nos advierte “Si el negacionismo es una tentativa de convertir la memoria en una seudo historia, en una falsificación destinada a aparentar un debate objetivo (…) la banalización acude a otro problema de muy diferente índole, que es la cuestión de las representaciones. ¿Cómo representar algo que no sucedió?”.


Marcelo Percia intuye que “Llegará la hora de las existencias no endiosadas, no ejemplares, no heroicas. Una hora en la que ya no gocen las obediencias. La hora soberana de las rarezas. La hora de las presencias que no brillan ni ensombrecen. Una hora sin grandezas, tutelas, majestuosidades. La hora subalterna".


Y Audre Lorde nos recuerda: Tiene tantas raíces el árbol de la rabia / que a veces las ramas se quiebran / antes de dar frutos.


Insistimos, otro Junio más, en imaginar lo que aún no ha llegado, en escuchar lo inaudible, en vislumbrar otros posibles, a pesar de tantos enfrentamientos, de tanta pobreza, de tantos desalojos, de tantas injusticias, de tanta enfermedad, de tanto dolor y de tantas muertes.


Otro Junio más, a pesar de todo, aullando Ni una menos y empeñadas en acudir a citas imposibles; esperando, en guardia y con glitter, para encontrarnos, de a ratos, bajo esos árboles que, como enseña June Jordan, no han sido plantados todavía.


V. Nicolás Koralsky (2021) s / titulo

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

bottom of page