es imposible decir algo de la luz
la luz siempre se desliza más allá de los ojos siempre es alejamiento
donde termina la luz hay otra luz donde comienza la luz hay otra luz
nunca se la ve porque ella es la que ve
hay neblinas que el viento arrastra entre los árboles
hacia el oeste hay un incendio hacia el sur hay líneas oscuras pasan pájaros hacia el este la neblina está disipándose
hay una gran expectativa
en el aire se ven siluetas borrosas en la casa se oyen voces se siente el olor de los leños quemados durante la noche alguien canta
todo es luz
cómo decir algo de la luz
fluyente inasible la luz no es algo que le ocurre a alguien
la luz no ilumina
no se trata de la luz de una lámpara no está allí para que nosotros la veamos no es una presencia
es como el agua o como un sauce rebasándose hacia el rebasamiento de las estrellas
el polvo se rebasa en el agua y el agua en la rama que brilla bajo el agua
el hombre se rebasa en el acto gradual de la inmanencia que lo rebasa enviando su luz al absoluto
nuestros ojos van a tientas por la luz
si no hay adentro ni afuera dónde está la luz
dónde está la pata de la tortuga y el canto del grillo o no hay el canto del grillo o no hay nada
el ciego contempla el movimiento de las nubes y el sordo es el único en ser arrebatado por la música de las esferas
cómo un ser humano podría decir algo de la luz
decimos que la luz es la luz
decir que la luz es la luz sólo menciona el puro ofrecimiento del decir que dice que su iluminación no es algo propio del ver ni de la posesión del ver ni de ninguna posesión
la luz no se posee no existe nada que poseer y nadie que la posea
la luz es la luz en el acto de la luz
la luz acontece
hacia el este las nubes se han abierto dejando pasar un rayo de sol
el sol es la luz que ya estaba iluminando desde siempre
hay luz
el hombre avanza por la luz su palabra tiende las manos a la luz los ciegos son una nube de esplendor
hacia el sur pasan pájaros sostenidos por un enjambre de colores que brotan de la mente y la mente surge del espíritu y el espíritu es un colibrí volando hacia la luz
hacia otra luz
ráfagas de la tierra y del mar ráfagas luminosas del pensamiento y del recuerdo todo disipándose en la luz
más allá de la luz hay otra luz
el mundo nace cuando el párpado se abre creándolo luminosamente
nada puede decirse de la luz sólo nombrarla sabiendo que no tiene nombre
más allá de la luz hay otra luz y luego otra y en la primera está la última y en la última comienza la primera
la luz es la luz de la luz de la luz de la luz
en ella están todos los seres en un vuelo de rama en rama como los pájaros y de nube en nube como el viento
de luz en luz de ojo en ojo de sombra en sombra un tono de más y somos dios un tono de menos y nos dispersamos en la vastedad de la tierra
Fuente: Barco, Oscar del (2020). Alétheia. Editorial el Borde Perdido Editora. Córdoba, 2020.
Nota: Oscar del Barco nace en la provincia de Córdoba en 1928, escribe poesía, ensayo, edita revistas y libros, investiga, enseña, pinta. Traduce e introduce en nuestro país lecturas de Artaud, Bataille, Sade, Blanchot, Derrida, Barthes, Kristeva y Althusser. Forma parte del grupo editor de la revista Pasado y Presente. Milita en el Partido Comunista hasta su expulsión en 1963. Exiliado entre 1975 y 1983 en México, donde dirige el centro de investigaciones filosóficas de la Universidad Autónoma de Puebla. Autor de libros de poesía como Infierno, Dijo, Espera la piedra, Partituras, y de ensayos como El abandono de las palabras, El otro Marx y Exceso y donación. Sin olvidar su libro sobre Juan L Ortiz.
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