Está bien que el proletariado desconfíe de los intelectuales. Pero tome de aquellos realmente sinceros, de los que han demostrado saber arriesgar en algunas actitudes que muy pocos han tenido, el fervor que ofrecen
Raúl González Tuñón, Contra, N° 2, mayo de 1933
En 1935 Raúl González Tuñón publica Todos bailan, un poemario a partir del cual se puede leer un nuevo modo de pensar la poesía en relación con los imperativos revolucionarios y una imagen de escritor comprometido con la transformación de la realidad social. El libro puede ser pensado dentro de los cambios y reconfiguraciones que se producen a partir de la década de 1930 en el interior del campo intelectual y que, en González Tuñón, se traducen en un posicionamiento político e ideológico ligado a su adscripción al comunismo. Puede ser leído como un escenario de pruebas de los nuevos caminos que va tomando el poeta en el momento de pensar las relaciones de la poesía con la política y el rol que debe asumir en las circunstancias de su tiempo: “un rol que supone dotar de un valor y de una función política a la propia práctica de escritura” (Alle, 2011, p. 2).
En Todos bailan presenciamos una propuesta poética novedosa que intenta unir los recursos de la vanguardia poética y los contenidos ideológicos de la vanguardia política. En este sentido, se puede afirmar que se trata de una obra que es el resultado de los debates e intereses plasmados en las páginas de la revista Contra, La revista de los franco-tiradores, dirigida por González Tuñón en 1933, acerca de los principios estéticos e ideológicos del arte político-revolucionario, ya que Contra fue una experiencia de escritura que vinculó vanguardia estética con vanguardia política en la Argentina: “Las páginas de Contra fueron el escenario donde un grupo de escritores argentinos provenientes tanto de la experiencia vanguardista como de la literatura social de los años veinte buscó respuestas formales a los problemas suscitados por la intervención política” (Saítta, 2005, p. 3).
Dichos tópicos se pueden observar en esa construcción de una “mentalidad revolucionaria” que involucra una búsqueda poética y supone una serie de presupuestos valorativos respecto de la función de la escritura y del poeta. Desde la primera página de Todos bailan nos encontramos con un dato que constituye una de las muestras más claras de estos nuevos rumbos por los que comienza a transitar la poesía de González Tuñón. En ella, el autor explica la causa de la falta de un poema: “En este libro no figura el poema ‘Las brigadas de choque’. No puede figurar por imposición del proceso que, a raíz de la publicación de ese poema en Contra, se me sigue. Después de permanecer cinco días detenido” (Tuñón, 2005, p. 86).
Contra sostiene, entonces, un proyecto en el cual los procedimientos formales de la vanguardia estética son inseparables de sus contenidos ideológicos. En este sentido, el poema censurado funciona como el manifiesto literario y el programa estético-político de la revista: “No pretendo realizar únicamente el poema político. / No pretendo que mis camaradas poetas / sigan por este camino. / Que cada uno cultive en su intimidad el Dios que quiera. / Pero reclamo de cada uno la actitud revolucionaria / frente a la vida. / Pero reclamo el puño cerrado / frente a la burguesía / (Saítta, 2004, p. 7). Por otra parte, en la repetición anafórica de la palabra “contra”, el poema diseña un “nosotros” y un “ellos” a través del cual se arma un mapa del cual, salvo los revolucionarios, todos quedan excluidos:
"Nosotros contra la democracia burguesa / contra / contra / contra la demagogia burguesa, / contra la pedagogía burguesa, / contra la academia burguesa [...] / Contra / contra / contra las ligas patrióticas y las inútiles / [...] Contra el radicalismo embaucador de masas / –fuente de fascismo– / dopado con el incienso de vagas palabras / –sufragio libre, democracia, libertad– / ellos, los masacradores de la Semana de Enero, / ellos, los metralleros de Santa Cruz. [...] Los social-demócratas, los católicos, los nacionalistas, / tienen también el vuelo de los cuervos. / Cerca de ellos, hay que destrozarlos con un tiro de escopeta. / Porque ellos anuncian y provocan la peste en la tierra". (Saítta, 2005, p. 8)
Contra representa una propuesta que, literariamente, fue novedosa en la Argentina. Trató de unir vanguardia estética y política, convirtiéndose en un punto importante de articulación entre la vanguardia estética revolucionaria y una práctica política militante. Ya en el primer número de Contra que apareció el viernes 28 de abril de 1933 González Tuñón sostuvo que entre él y los camaradas “hay una diferencia de sensibilidad” y que no pretende “pasar por un marxista ortodoxo”; por el contrario, postula la autonomía del artista cuya función es la de servir a la idea de revolución a través de su arte: el artista revolucionario “debe hacer propaganda desde el libro, el diario, la revista, la calle, para tratar de crear una conciencia colectiva revolucionaria”. González Tuñón busca ser comprendido, pero a través de la confrontación: es comunista, pero sin carnet de afiliación; es comunista pero no por eso pone su arte bajo las directivas del partido.
Carlos Moog, voz oficial del Partido Comunista en cuestiones vinculadas al arte y la literatura, exigía precisamente aquello que una revista como Contra no podía proponer: “la eliminación de todo confusionismo en el terreno de las ideas y los principios”. Aquellas cuestiones que Moog considera propias del “confusionismo” resultan, en realidad, constitutivas del espíritu que anima la fundación de la revista: “ser un espacio de debate y no de certezas, convertirse en un ámbito donde coexistan las diferencias ideológicas” (Saítta, 2005, p. 5).
Volviendo a Todos bailan, el sentido de la historia se deriva del anuncio de un futuro al que la revolución dará paso. En esta dirección, el primer poema del libro, titulado “Historia de veinte años”, resulta fundamental para pensar la construcción de una historia y de un sentido que pueda explicar la sucesión acelerada de los acontecimientos. En él, el poeta hace un repaso por la historia del mundo, construye un archivo en el que confluyen, detalladamente año tras año, los acontecimientos políticos, económicos, artísticos de esos veinte años y su historia personal: “Nos echan todo abajo, / nos hablan en otro idioma, / nos consideran muertos, / nos voltean los dioses, / nos destruyen los dogmas” (Tuñón, 2005, p. 92). Sin embargo, en este poema, existe un acontecimiento histórico en el que el poeta-intelectual deposita todo su optimismo, la Revolución rusa: “Fíjate cuánto acontecimiento junto. Y el más grande y el único –el hombre de la bicicleta– el hombre del pan bajo el brazo, el dulce amigo de los niños camino de Petrogrado (Tuñón, 2005, p. 90)”.
Por último, si “Las brigadas de choque” diseña un espacio de enunciación colectivo, una identidad revolucionaria y un programa estético-político, “El poema internacional” resume poéticamente el imaginario político y social de una revolución bajo los parámetros del socialismo de Estado: “y solo un hombre claro y científico que respira / –oh, que respira todavía en la Plaza Roja– / nos ha de guiar hacia las grandes usinas, hacia los altos hornos, / hacia las montañas de acero, / hacia los clubs y hacia la higiene, / hacia la libertad sexual, hacia la electricidad, / hacia el petróleo y el agua [...] / hacia la dignidad humana” (Tuñón, 2005, p. 99). Existe en el poeta una férrea fe en los procedimientos de racionalidad extrema y progreso tecnológico que profesan y sostienen todos los Estados. Para Lenin –quien todavía respira en la Plaza Roja–, el socialismo era el poder soviético más el orden prusiano de los ferrocarriles y la tecnología estadounidense. El socialismo, para Lenin, no era otra cosa que la dictadura más la tecnología.
En conclusión, la escritura de González Tuñón puede ser pensada como un escenario de un nuevo modo de concebir la poesía y la función del poeta en relación con los acontecimientos históricos de su tiempo; como un lugar donde las potencialidades revolucionarias de la poesía se cultivan, y donde la palabra toma posición frente a la vida.
Referencias bibliográficas
Alle, M. F. (2011). “Me fui detrás de los obreros cantando”: poesía, historia y revolución en Todos bailan de Raúl González Tuñón en Anclajes XV, Versión digital.
González Tuñón, R. (1994). Todos bailan. Buenos Aires: Espasa Calpe.
Saítta, S. (2005). “Polémicas ideológicas, debates literarios en Contra. La revista de los franco-tiradores”, Estudio Preliminar a Contra. La revista de los franco-tiradores. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.
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