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Foto del escritorRevista Adynata

Del empuje de la vida que brota o ‹‹Archivida››* / Jean-Luc Nancy


*[N. de T.]: El título original del texto es ‹‹Archivida››. ‹‹Archivie›› es un neologismo compuesto a partir de un mismo prefijo ‹‹archi›› que se puede remitir en castellano a varios: ‹‹arqui-›› (arquitectura), ‹‹archi-›› (superlativo) y ‹‹archi-›› de archivo. Se podría traducir en castellano por ‹‹archivida›› tanto como por ‹‹arquivida››. Elegimos ‹‹archivida›› por el sentido del archivo y del superlativo fundamental en el texto.



Más que de una arquitectura de lo viviente

hablemos de una vida arquitecta o mejor aún archigona

-pues existió esa palabra griega-

hablemos de una vida que engendra la vida.

es lo que siempre hace, infaltablemente,/

es una de sus mayores características,

engendrar vida de toda vida,

no solamente conservarse, crecer y embellecer,

sino propagarse, proliferar, reactivarse de edad en edad,

de invierno en primavera, de lugar en lugar, de mar en tierra.


Es lo que ella hace, pero aquí

desearíamos hablar de otro engendramiento

más originario que la reactivación genética

una génesis que engendra a la propia génesis


urleben la nombraría la filosofía alemana

o bien das Urlebendige como lo escribe Schelling


Ur señala la elevación, el levantamiento,/

el movimiento de abajo hacia arriba,

subida, empuje,

mientras que arché dice el primer gesto, el primer paso,

el paso de quien sale adelante, quien toma la iniciativa

y la vida ¿no es acaso la iniciativa y el comienzo,

no es ella el empuje de lo que brota[i]


¿pero qué vida empuja a la vida por brotar?/

He aquí de lo que queremos hablar,

¿qué elevación, qué palanca?


Porque en fin uno difícilmente ve un mundo

que no sería hecho, que no sería plasmado, engendrado,

en tanto que mundo en el cual ello engendra y produce,/

ello fructifica, enjambra e insemina-

y también disemina


Es necesario pues una vida anterior

una vida que no comienza en este mundo,/

sino de la cual el mundo viene y vive,

una vida que haría tanto big bang como yin yang

sin ser sin embargo posterior a ellos,

siendo para ellos primordial, esencial, elemental,

un pujar que brota de todas partes de ninguna parte,/

de lo más profundo de la profundidad

o de lo más superficial de la superficie

cuando ni la profundidad hunde ni la superficie emerge

y sin embargo cada una empuja a la otra -o más bien

un empuje las estira, las distiende,/

las difiera en el espacio y en el tiempo.


he aquí la vida archigona

el loto que contiene el sol,

el soplo que pasa sobre las aguas,

el ya-siempre presente de la presencia infinita/

que no es ni un ser ni el ser, que no es ni principio

ni causa, ni agente, ni fermento, ni fuente,

sino movimiento, trastorno, inclinación, asimetría,

ruptura de identidad y de igualdad consigo,

dehiscencia de aquí y de allá,

de esto y de aquello,

tensión, presión, excitación, incitación

sin organización,

pasaje del uno al uno que le revela haber sido/

ya otro que el uno,

contracción y atracción ‹‹archivivientes››

de donde la vida más tarde podrá nacer

en ese más tarde que se abre,/

ya abierto en el más temprano/

que no se deja jamás asir de otro modo

que como el más tarde de otro más temprano/

es decir en la distención del empuje


El empuje brota: se empuja a sí mismo y sin embargo

al no ser nada que se pueda asir

él está también empujado, estirado,/

acción pura que al no actuar sobre nada

se recibe, se padece, se apasiona,

acción que su hacer apasiona: he aquí.


Se juega una posibilidad,/

una excitabilidad que no necesita/

que alguna especie de fuerza surja para agitarlo,/

porque es por ser ella misma excitable que ella se excita,

es la sensibilidad que se da a sentir ella misma/

más antiguamente, más profundamente

que alguna especie de sensación determinada

o de sentido asignable.


Tal es la vida primordial: la susceptibilidad que se afecta a sí misma sin, no obstante, relacionarse consigo en esta afección bajo el modo de una existencia determinada, de un crecimiento de sí fuera de sí, ni de un sentimiento de sí fuera de sí. La vida inmediata es la vida tomada en una separación consigo que la hace extranjera a ella misma afirma Hegel[ii].

Das sich entfremdete Leben: la vida que no vuelve propiamente a sí, que no se desata ni se distingue como una vida según la diferencia de su membrana, de su cuerpo, de su genoma y del tiempo en el cual ella vive hasta su muerte

la vida así no apropiada no es por eso menos,

en su extrañeza cósmica, mineral, energética,/

en su exterioridad de partículas y de relaciones,

en esa extrañeza presente como ella misma

si hay que decirlo con Valéry:

¿Por qué la vida ligada al oxígeno? Ella se encuentra pues dentro de cierta/

Condición químico-geológica…[iii]


ella misma en sí propiamente extrañada,

extrañamente propia,

y susceptible sin otra intervención más/

que todo lo que ocurre en ella entre ella y sus extrañezas,

entre ella y ella

que no es sí

ni por sí ni para sí,

ella que es


todo unidamente todo extrañamente singularmente/

universalmente pluriversalmente viviente

bajo el modo de no serlo

de no ser al menos vegetal, animal o espiritual,

sino de ser todo ello junto y más todavía

de ser lo junto de ese conjunto,

la apertura y el mantenimiento, la perpetuación del mundo,


pues un todo viviente es un todo en el cual todo/

existe en una relación con el todo

así lo afirma Kant:


Un cuerpo orgánico es aquel en el cual cada parte con su fuerza motriz se relaciona necesariamente con el todo, con cada parte en su composición.

La fuerza productiva de esta unidad es la vida.

Este principio de vida puede ser remitido a priori de las plantas a los animales, con sus relaciones recíprocas, con todo lo que resulta de la ligazón de los dos, y también con el todo de nuestro mundo, por la reciprocidad de sus necesidades[iv]


Kant afirma aquí un pasaje legítimo a priori (sin recurso a los datos sensibles) de la primera forma específica del viviente (el vegetal) luego al animal, a las relaciones de todos los vivientes y de allí al ‹‹Todo del mundo››. No es pues posible que el viviente aparezca en el desarrollo del mundo sin que la vida o el ‹‹principio de vida›› no sea él mismo ya envuelto en el mundo bajo cualquier aspecto y en cualquier momento de su historia que se lo considere. El viviente proviene de la vida de la que revela así la ‹‹archipresencia››.


¿Qué es entonces lo que sin embargo hay que pensar para pensar eso, eso cuya expresión kantiana no es más que un momento en la larga historia donde todas las filosofías han pensado de manera más o menos directa y temática una vida del mundo en su totalidad?


Todos ellos la han pensado, en efecto, sea bajo un modo trascendente o inmanente, lo que no hace aquí la menor diferencia ya que una vez que un Dios crea un mundo, exprime -o imprime- en él el designio de su vida divina, y recíprocamente una vez que un mundo se despliega en inmanencia el principio de su vida, es decir, su mundaneidad de mundo, forma la manera que tiene la inmanencia de trascenderse, lo que no quiere decir nada más que esto: ella se relaciona con ella misma. (Añadimos rápidamente que el momento de Kant es revelador porque es justamente aquel donde la supuesta trascendencia es expresamente convertida en supuesta inmanencia).


Para pensar la vida del mundo -que no es exactamente el mundo como viviente, al modo de un ‹‹gran animal›› estoico- hay que pensar esta ‹‹reciprocidad de necesidades›› a la que Kant remite la necesidad de pensar la vida del todo del mundo.


La reciprocidad no es tan difícil de representar ya que no sólo los animales comen los vegetales sino que también les suministran elementos, como el nitrógeno, y conservan sus espacios de crecimiento y de reproducción, o bien ya que los minerales suministran componentes de las savias vegetales mientras que las plantas fijan y transforman sus suelos. Es menos fácil captar el sentido de ‹‹necesidad›› (Bedürfnis) en este contexto.


La necesidad designa la necesidad apremiante -‹‹vital›› diríamos en caos extremos- en nombre de la cual nos encontramos en la preocupación [souci] (es el sentido de la palabra fráncica bisunnja, de donde viene la palabra) y por efecto de esta preocupación en la actividad atareada – la tarea [besogne]- de proveer lo que se experimenta como falta. Hay entonces una preocupación que porno ser del todo la cura ni la Sorge existencial de Heidegger no amerita menos ser asociada con ellos. La necesidad manifiesta una dependencia del afuera o del otro.


Así se puede afirmar que ‹‹la vida (…) es la realidad misma de la separación: hambre (…), nacimiento (…), desarrollo (…), variación (…) etc. Es a figura del afuera por excelencia.››[v]


Solemos pensar la separación como distinción privativa con respecto a una unidad previa. Pero la separación constituye asimismo la condición de producción de una unidad distinta.


La separación permite

que no haya una sola cosa indistinta

no, ni una cosa en lugar de nada

porque en ese caso

la cosa cae en la nada

de su sola unicidad


es por eso que

no es suficiente decir el ser

ni del ser que él es

sino que hace falta decirlo plural

no los seres

sino ser esta acción esta surrección/

esta advenida esta movilización

abre la pluralidad de los entes singulares

entre ellos separados sin por tanto

ser separados de alguna entidad primera

que os hubiera precedido

ya que nada precede ‹‹ser››

este acto este acting out este nacimiento.



Ser no es

Ser es nacer

ser quiere nacer

ser está en el nacimiento más originalmente

ya que el nacimiento está en el origen y recíprocamente

el *gen de la generación en el *gna de la venida al mundo

y recíprocamente


la venida al mundo presupone el mundo

mientras el mundo presupone/

que vengan las cosas del mundo allí

no su proveniencia sino su venida

su arribo

no su ascendencia ni su descendencia

sino su ‹‹scendencia››, su ‹‹scansión››

el ritmo de su separación distinción dispersión/

diseminación desaparición distribución


la inmensa prosodia del mundo

los iones los cationes los mesones los bosones

los campos las fuerzas las tracciones

las partículas moléculas películas homúnculos

todas las combinaciones declinaciones/

mezcladas y desenredadas

las palpitaciones las pulsiones

figuras y cadencias


en las cuales ser es nacer

y nacer al mundo es nacer mundo

cada vez otra distinción, otro ser-ahí,/

nacer-ahí, nacer-al-ahí,

otro ser-uno-ahí del cual se abre otro impulso

hacia otro afuera


Todas esas aperturas abren las unas a las otras

o bien cada una en sí monada las refleja todas

por donde vemos que hay un mundo de criaturas vivientes,/

de animales, de entelequias,/

de almas en la menor parte de la materia

tal como escribe Leibniz[vi]

y no hay nada inculto, estéril, muerto en el universo


lo que significa entonces que una vida del mundo/

se presupone a la vida determinada del vegetal,

del animal y del espíritu,

lo que no es otra cosa más que la presuposición/

del todo para las partes,

de que la forma interior del todo precede al concepto/

de la composición de todas sus partes[vii]

y la forma interior que precede el concepto

es eso que debemos nombrar ‹‹vida››, ‹‹archivida››/

que sin embargo

no es otra vida -por ejemplo inmortal, inalterable-/

que precedería

y envolvería nuestras frágiles vidas perecederas

pues al contrario la ‹‹archivida››/

fragiliza y hace perecer al archi mismo,

disuelve el principio de la venida,

en la venida que precede toda proveniencia,

que la precede en sobrevenida

sobreviniendo a nada, de nada,/

pero sobreviniendo en el medio de nada,

sobrevenida inmemorial

por la que sobreviene también el pensamiento

sobreviene como pensamiento

esto que el origen es siempre sobreviniente

supernumerario y sorprendente


no ser primero primeramente puesto

sino nada puesto, todo viniendo,

todos los entes viniendo y

el ser que es precisamente lo no ente en ellos[viii]


lo no ente que vida nombra,

‹‹archivida›› jamás archivada

Porque no hay depósito para la vida



No hay siquiera reposo

porque la vida consiste en vivir y vivir/

excluye la interrupción

pero en el reposo vivir continúa de vivir y se rehace la vida


lo que es común a zoé y a bios tanto como a vita

lo que sobreviene en su raíz gwey

siempre ha tenido que ver con vivir

tanto como los seres han tenido que ver con ser

y jamás con ‹‹el ser››





vivir es decir durar, proseguir, continuar, prolongar

es pasarse la vida,/

y por ende también pasarla de tal o tal manera

ya que no dura o prosigue más que una vida

y no ‹‹la vida›› en general

que no vive en ninguna parte, ni existe


es cada vez una vida que vive según su forma de vida

eso que Wittgenstein/

caracteriza como eso que debe ser aceptado, lo dado[ix]

eso que está dado como esta vida

que se abre, que se encamina y persigue

tanto tiempo como ella vive


o bien que ella es vivida

podemos decir una cosa o la otra


no hay reposo no hay stasis

porque el reposo mantiene renueva la vida que se reposa

y el corazón que late se detiene cada vez que se contrae.


La vida se mantiene es decir desea vivir todavía

ella es, dice Garrido,/

el fenómeno de la diferencia entre lo vivientes y lo no viviente;/

es la lucha el esfuerzo o la resistencia de lo viviente para seguir viviendo[x]


y si lo que desea es morir es que ese deseo se representa/

otra vida más conservada,

más protegida contra una amenaza/

a la que descubre no poder resistir más


La vida quiere vivirse, ella quiere ser vivida/

pues es siendo vivida que se experimenta

es experimentándose que ella se afecta

Y es afectándose que ella es, que toda cosa es

‹‹afectarse›› en efecto no es primero alegrarse o quejarse

o bien es eso mismo pero bajo formas/

a las cuales nosotros no prestamos atención

tal como estar afuera al lado, delante, detrás,/

al descubierto, en contacto, bajo presión,

es estar fuera de sí y que ‹‹ser›› se muestre en tanto que afuera

alejado, fuera de toma,

arrojado en la indiferencia por su diferencia misma

tanto como acercado hasta el choque de su exterioridad,/

de su dureza impenetrable


así es que la ‹‹archivida›› se hace extranjera de sí misma/

en el organismo cósmico astral

geológico y mineral

de la misma forma que de esta extrañeza ella extrae/

su caldo prebiótico donde comienza/

a comerse a sí misma para comenzar a vegetar y a animarse

es decir a desearse como eso que se siente desear

eso que se siente y que se sabe desear

o más bien que se siente y se sabe como su deseo de sí


y que adhiere con todas sus fuerzas a ese deseo/

para perpetuarlo, hacerlo crecer/

y en suma transmitírselo a sí mismo


que adhiere que pega a sí mismo como lo dice el alemán Leben

o el inglés life cuyo sentido es la cola, el pegamento,/

la adherencia que se experimenta pegada

apegada

como dos cuerpos que se aprietan no hacen otra cosa que

com-partirse sentirse el uno al otro en el solo sentir lejos de

todo agarrar y de todo manejar

o agarrándose y manejándose por ninguna otra operación

que desearse y sentirse desear

-de su sentirse deseado/ tanco como desear-


A veces de manera anexa y sin embargo no aberrante

Deseando también transmitir la vida,/

La misma que ellos com-parten/

tanto como otra que se extrañará,

otro cuerpo vivo


el cual por consecuencia habrá sido presupuesto,

se habrá presupuesto

habrá presupuesto su forma a la composición de sus partes


sin que por ello esta presuposición/

pueda en algún modo ser puesta,

ni prespuesta, ni supuesta

ya que no se presupone lo que no llega/

más que en el surgimiento de un deseo nuevo

cuya novedad vuelve a lanzar, a jugar, re-presenta

la novedad inmemorial archivivente

esta vida río arriba de la vida

que para terminar y para comenzar no es una vida

ya que es el nacimiento de ella

la expulsión fuera de nada,

la pulsión,

la pulsación que no es primera/

más que dividiéndose de sí misma


Dividiéndose hasta experimentarse tan frágil/

y tan deseante de vivir

que se da otras formas de vida, de nutrición,/

de sueño, de calor, de protección, de encuentro,

de signos que se ponen a vivir su propia vida,/

lenguajes, cálculos y máquinas,

donde la vida se experimenta más vi-

viente y llevada más lejos

en su espacio-tiempo que ella experimenta/

como su propia expansión su propia diseminación/

su propia profusión y su propia extenuación

siempre dividiéndose de ella misma

que no es en sí más que la división misma

no de ella misma

no de alguna célula

sino de aquello

que no sería si la división no se deseara ahí.




Fuente: Nancy, J-L (2013) Archivida. Del sintiente y del sentido. Trad. de Marie Bardet y Valentina Bulo. Ed. Quadrata. Bs.As.

[i] N. de T.: En francés “la poussée de ce qui pousee”. Nancy en este texto va a jugar con el dobles sentido de pousser en francés: empujar y brotar, y de “pousée” la acción de empujar, el empuje y el brote, imposible de traducir con un solo término en castellano. Para mantener la doble dirección de sentido traduciremos por “el empuje de lo que brota”. [ii] Encyclopédie, 337 (trad. fr. p.555) [iii] Cahiers II, p. 726. [iv] Opus postumum, XXI, p. 211. [v] Cf. Juan-Manuel Garrido, Chances de la pensée, París, Galilée, 2011, p.34. Sigo aquí los pasos de todo el pensamiento garridiano de la vida. [vi] Monadologie, p. 66. [vii] Opus postumum XXI, p. 209. [viii] Schelling, Ages du monde, p. 75. [ix] Recherches philophiques, p. 316. [x] Chances de la pensé, p. 23.



Walker Evans - "Cadáver en el suelo con cuchillo, soga y sombrero" de paja - 1933 - Negativo

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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