En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él.
Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.
Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.
Fuente: Publicado por primera vez en la edición de marzo de 1946 de Los Anales de Buenos Aires, año 1, núm. 3 como parte de una pieza llamada "Museo" bajo el nombre B. Lynch Davis, un seudónimo usado en conjunto entre Borges y Adolfo Bioy Casares; dicha pieza fue citada como la obra de "Suarez Miranda".
Compilado en 1946 en la segunda edición de Historia universal de la infamia de Borges donde luego deja de incluirse para formar parte de El hacedor desde 1961.
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