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Foto del escritorRevista Adynata

Saber es estremecer. Apuntes interrogativos para la descolonización sexo-educativa / val flores

¿cómo se constituye la práctica educativa en una tarea política en tanto arma y desarma mundos, deseos, identidades? ¿qué políticas de la lengua ejercitamos en el espacio educativo? ¿dónde ubicamos la pregunta por el deseo en nuestras pedagogías? ¿qué lugar ocupa el erotismo en la tarea educativa? ¿cuándo el saber es gesto de estremecimiento en nuestros (des)aprendizajes de la normalidad heterosexual, racista, patriarcal, capacitista, clasista, colonial, neoliberal?


La fuerza interrogativa y una poética deseante son fermentos de una pedagogía antinormativa feminista decolonial de la disidencia sexual. Más que buscar respuestas, su incesante inestabilidad y su movilidad siempre situada despliega preguntas inusitadas que subvierten la teoría como monopolio de la producción académica y se vuelve saber encarnado, sensibilidad política y curiosidad astuta para una inventiva táctica que incita a desordenar los protocolos de la normalidad. Preguntas convulsivas como técnicas del saber corporal y habilidades afectivas que sitúan la justicia erótica en el corazón de nuestros imaginarios emancipatorios.


Como educadora, escritora y activista tortillera feminista prosexo masculina provinciana del sur-sur, aprendí en múltiples escenarios educativos y vitales que escribir es interrogar, educar es pensar, leer es sentir y activar es crear. Cada vez que me sorprende una invitación a la escritura, me asalta la pulsión por la pregunta como un estratégico ejercicio de desborde de los límites disciplinares e institucionales, de visibilizar las contradicciones, errancias, enfrentamientos y diálogos que movilizan la viva construcción del pensamiento emancipatorio, como una práctica que continuamente se interroga a sí misma y nunca deja de preguntarse por su relación con el orden dominante.


¿puede volverse la práctica pedagógica una práctica artística cuando activamos procesos creativos para la producción, organización y circulación de los saberes? ¿cuáles son los umbrales de nuestra imaginación sexual que socavan la normalidad educativa y sus economías binarias del género? ¿si la acción educativa es una experiencia estética porque compone modos de conexión entre los cuerpos, qué singularidades se despliegan en nuestras aulas?


Pensar la práctica educativa desde el sur de la disidencia sexual es un hacer (des)conectivo que nos implica en la vida diaria, un modus operandi abierto y problematizante de otros modos imprevisibles de existencia. Es pensar las identidades sexuales, de género, raciales, de clase, no como esencias, sino como políticas de conocimiento y de desconocimiento. No se trata de ilustrar con la palabra a sujetos silenciados por la norma heterosexual, sino de rumiar nuestra propia implicación en las políticas y poéticas del pensar y sentir. Así, la disidencia sexual no es una sigla ni un acrónimo ni un tema a enseñar, es hacer de la normalidad un problema histórico que se instituye como cotidianeidad en nuestros cuerpos y una disposición afectiva a desorganizar nuestros propios (no) saberes.


¿será el vértigo poético el temblor educativo que sacuda nuestros cuerpos? ¿cómo la pedagogía de la heteronormatividad nos hurta las posibilidades de invención y secuestra nuestra potencia poética con vocabularios técnicos que nos hieren y con los que dañamos? ¿cómo la escritura de una educadora trabaja sobre nuestros límites de inteligibilidad corporal y nuestras obediencias institucionales? ¿cómo descolonizarnos de ese impulso higienizante que hace de la estabilidad conceptual y la armonía institucional la forma prescriptiva del hacer escolar?


Una pedagogía antinormativa precisa también extrañar sus modos de decir, de hacer y sentir. Extrañar los lenguajes pedagógicos es parte de la tarea política y educativa por experimentar. Abordar el límite del pensamiento –dónde se detiene, lo que no puede soportar conocer, lo que debe cancelar para pensar como lo hace– permite descomponer los protocolos de enseñanza de la normalidad y provocar interferencias en las normas sexuales, la lengua escolar, la jerarquía de saber, el cuerpo docente, las condiciones de trabajo, las culturas institucionales, las morales imperantes.


Proponer preguntas poco habituales, hacer un uso impropio de las palabras, es producir un temblor perceptual, corporal y conceptual que atenta contra las poderosas burocracias y tecnocracias del sentido. Porque saber es estremecerse junt*s al inventar una pregunta que desintegra las fronteras entre lo íntimo y lo público, entre lo pedagógico y lo político, entre la escuela y los modos de vida.



Fuente: En Quadern Educatiu del Macba 2018-2019, Programes educatius MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), Barcelona, España (2018). Disponible completo en catalán:

Publicado en Romper el corazón del mundo. Modos fugitivos de hacer teoría (2021) Buenos Aires: La Libre editora, Madrid: Continta Me Tienes.

Blog escritos heréticos



Didier William. Cursed Grounds: Cursed Borders 2021. Acrílico, tinta y talla en madera sobre panel 152.4 × 269.2 cm

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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