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  • Foto del escritorRevista Adynata

Vivir en la frontera / Gloria Anzaldúa

Vivir en la Frontera significa que tú

no eres ni hispana india negra española

ni gabacha, eres mestiza, mulata, híbrida

atrapada en el fuego cruzado entre los bandos

mientras llevas las cinco razas sobre tu espalda

sin saber para qué lado volverte, de cuál correr.


Vivir en la Frontera significa saber

que la india en ti, traicionada por 500 años,

ya no te está hablando,

que las mexicanas te llaman rajetas, que negar a la Anglo dentro tuyo

es tan malo como haber negado a la India o a la Negra.


Cuando vives en la frontera

la gente camina a través tuyo, el viento roba tu voz

eres una burra, buey, un chivo expiatorio,

anunciadora de una nueva raza,

mitad y mitad –tanto mujer como hombre, ninguno– un nuevo género.

Vivir en la Frontera significa

poner chile en el borscht,

comer tortillas de maíz integral,

hablar Tex-Mex con acento de Brooklyn;

ser detenida por la migra en los puntos de control fronterizos.

Vivir en la Frontera significa que luchas duramente para

resistir el elixir de oro que te llama desde la botella,

el tirón del cañón de la pistola,

la soga aplastando el hueco de tu garganta.

En la Frontera

tú eres el campo de batalla

donde los enemigos están emparentados entre sí;

tú estás en casa, una extraña,

las disputas de límites han sido dirimidas

el estampido de los disparos ha hecho trizas la tregua

estás herida, perdida en acción

muerta, resistiendo.

Vivir en la Frontera significa

el molino con los blancos dientes de navaja quiere arrancar en tiras

tu piel rojo-oliva, exprimir la pulpa, tu corazón

pulverizarte apretarte alisarte

oliendo como pan blanco pero muerta.

Para sobrevivir en la Frontera debes vivir sin fronteras

ser un cruce de caminos.


Nota: Gloria Anzaldúa (1942-2004) poeta y activista política chicana (estadounidense de ascendencia mexicana), nacida en Texas (E.E.U.U.). El poema que presentamos está tomado de su libro Borderlands /La Frontera (1987). Anzaldúa reivindica la frontera como un territorio de mezcla y confusión, pero también de riqueza y diversidad, no solo entre naciones sino entre procedencias, lenguas, culturas, géneros.



Chen Zhen. Un Village sans frontières. 2000 Silla de madera y velas 95 x 30 x 26 cm

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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