Históricamente las humanidades hemos estado reuniéndonos alrededor del fuego.
Fogones en campamentos.
Velas encendidas en tortas de cumpleaños.
Hornallas prendidas en cocinas.
Ceremonias en rituales sagrados.
Quemas de desechos en calles.
Quizás podemos recordarnos que hay un fuego primordial que hace que la existencia sea posible.
Alrededor del cual estamos orbitando permanentemente.
El que marca los ciclos de las estaciones y los días.
El que siempre sale después de una tormenta.
El que aporta al cuerpo la vitamina d.
Un fuego que hasta ahora sigue ardiendo y nunca se apagó.
Sin ese fuego ¿qué pasaría con la vida? ¿habrá un tiempo inadvertido de remanencia?
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