Contra la muerte, el horror y la miseria
Contra la soledad y las hordas de enemigos que circundan
[mi casa.]
Contra todas las astucias y las trampas de la enfermedad.
Contra el rencor y su persistencia.
Contra la ausencia de dios,
yo me armé de amuletos y cencerros.
Las pulseras que me heredo mi mamá,
los anillos que me obsequiaron mis amigos.
Un frasco de monedas extranjeras bajo mi cama.
La Virgen Travesti que vigila mi sueño como una gárgola
en medias de red.
Una uña postiza que usé en la filmación de la vida de
[Carlos Jauregui]
La Virgen del Valle decapitada y restaurada,
las velas que enciendo cada viernes
y la oración de rodillas para agradecer y rogar por igual.
El incienso, la salvia y el palo santo con que alejo los malos pensamientos.
Los vestidos que tienen un buen recuerdo.
El brazalete de strass que me regaló una travesti
muy vieja en el estreno de una película.
El obelisco y el porro que me fumo a sus pies
y la enorme Buenos Aires que se abre como una colmena de luz.
Algunas fotografias guardadas en un baúl.
Las calaveras mexicanas que se burlan de la muerte.
El ángel que se esconde detrás de mi humanidad,
que estaría deshecha sin ese último intento
de asirme a la vida con desesperación.
*publicado en La novia de Sandro, Ciudad de Buenos Aires, Tusquets Editores, 2020.
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