Para Haroldo Conti, desaparecido
no dejes callar la música
de tu corazón
la muerte no calma la fiebre de
estar vivo
la muerte no es amor
viento de octubre trae
la vibración suave y dorada
de otros días
viento de octubre en una rama
y lleva y lleva y desparrama
sin tino
las cenizas sobre la tierra
aunque tiemble de gozo
la tierra no es humana
no dejes callar
la música de tu corazón
de un momento para otro llegará
la nieve
y aguas negras en el Norte
me sorprenderá a mí no a
los pájaros ¡ellos son tantos!
se habrán marchado
dejarán una estela moverán el cielo
lo callado pesará como eterno
por favor amigo nuestro
deja que escuchemos
la música de tu corazón
le has pedido al ciruelo
de tu puerta que florezca
aunque no volvieras tú
que florezca él
¿quién ha dicho que
las flores calman a los muertos?
la muerte no es belleza
la muerte no es amor
no dejes callar la música
no dejes callar la música
de tu corazón.
*Escrito en Amsterdam en 1980, publicado nuevamente en Peste y Memoria, Poéticas (2021) Editorial Gráfica 29 de mayo.
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