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Foto del escritorRevista Adynata

La mujer de Lot / Wisława Szymborska

Tal vez mire hacia atrás por curiosidad.


Pero además de la curiosidad pude tener otras razones.

Miré hacia atrás porque me dio tristeza la escudilla de plata.

Por distracción: amarrándome el cordón de la sandalia.

Para ya no mirar la nuca justa

de mi marido Lot.

Por la seguridad repentina de que si yo muriera

él no se detendría.

Por la desobediencia natural de los humildes.

Escuchando cómo nos perseguían.

Conmovida por el silencio, pensando que Dios cambiaría de idea.


Nuestras dos hijas se perdían ya tras la colina.

Sentí la vejez en mí. El alejamiento.

Lo inútil de viajar. Sueño.

Miré hacia atrás mientras ponía mi hatillo en el suelo.

Miré hacia atrás preocupada por el siguiente paso.

En mi camino aparecieron serpientes,

arañas, ratones de campo y polluelos de buitre.

Ni buenos, ni malos; simplemente lo vivo, todo,

brincaba y se arrastraba en un temor colectivo.

Miré hacia atrás por soledad.

Por la vergüenza de huir a escondidas.

Por las ganas de gritar, de regresar.

O porque justo entonces se soltó el viento,

desató mi pelo y me levantó el vestido.

Sentí que me veían desde los muros de Sodoma

y se morían de risa, una y otra vez.

Miré hacia atrás llena de rabia.

Para gozar plenamente su ruina.

Miré hacia atrás por todas las razones mencionadas.

Miré hacia atrás sin querer.

Fue sólo que una roca giró gruñendo bajo mis pies.

Que una grieta de pronto me cortó el paso.

En la orilla un hámster agitaba las patas delanteras.

Y entonces ambos miramos hacia atrás.


No, no. Yo seguí corriendo,

arrastrándome y trepando

hasta que la oscuridad cayó del cielo,

y con ella grava ardiendo y aves muertas.

Por falta de aliento varias veces perdí el equilibrio.

Si alguien me hubiera visto, pensaría que bailaba.

Es posible que haya tenido los ojos abiertos.

Que haya caído mirando hacia la ciudad.

Fuente: Publicado en El gran número (1976) y en Poesía no completa. Traducción Gerardo Beltrán. Fondo de Cultura Económica, 2002.



Carol Milne - Cast Off - De la serie: Tejidos con Vidrio - Escultura en vidrio y metal

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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