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  • Foto del escritorRevista Adynata

Las hijas de las piqueteras / Verónica Gago

Las hijas de las mujeres piqueteras hoy son jóvenes que tenían 5 o 7 años cuando sus madres estaban en las asambleas de desocupadxs.


Ellas ahora son parte de los movimientos vinculados a la economía popular. En los hechos, esta posta generacional traza una genealogía del momento actual con aquellas luchas y teje su continuidad porque también sus madres y abuelas siguen a cargo de los emprendimientos de urbanización popular, de cuidado comunitario y de trabajo doméstico que, como remarcamos, son tareas que ya no se limitan sólo a lo que sucede dentro de las paredes del hogar.


Entonces, retomemos la pregunta: ¿qué son desde el punto de vista de la economía feminista estas economías populares?


Ellas envuelven una dimensión reproductiva central, por lo que la tarea de organizar la vida cotidiana está ya inscripta como dimensión productiva, asumiendo una indistinción práctica entre categorías de la calle y del hogar para pensar el trabajo. La afinidad histórica entre economía feminista y economía popular tiene que ver con la politización de la reproducción social desde la práctica política al interior de la crisis. En este sentido, la reproducción social de la vida aparece subsanando y reponiendo y, al mismo tiempo, criticando el despojo de infraestructura pública. Las economías populares construyen hoy infraestructura común para la prestación de servicios llamados básicos pero que no son tales: desde la salud hasta la urbanización, desde la electricidad hasta la educación, desde la seguridad hasta los alimentos.


De este modo, las economías populares como trama reproductiva y productiva ponen en debate las formas concretas de precarización de las existencias en todos los planos y muestran el nivel de despojo en los territorios urbanos y suburbanos, que es lo que habilita nuevas formas de explotación. A su vez, esto implica el despliegue de una conflictividad concreta por modos de entender el territorio como nueva fábrica social.


Fuente: La Potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo. Verónica Gago. Fragmento del capítulo 4 Economía feminista: explotación y extracción. 2019. Editorial Tinta limón.



Lidia Barán. Fotografía. Cobertura Guernica 2020

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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