Las nadies sin palabra,
No se escucha,
Nadie quiere ver...
Las nadies no llegamos a fin de mes sin deudas que pateamos para el próximo,
cuidamos y agenciamos la continuidad de la trama de la vida.
Las nadies poco indiferentes,
Sensibles hasta los dientes,
comadreándose entre otras.
Morimos cuando vamos a parir,
porque -se supone- podríamos:
esperar, gritar menos, doler mejor, resolvernos solas, no pedir asistencia cuando la necesitamos...
Al fin de cuentas queda a la vista que lo que se ha inventado como mundo no nos contempla en sus estadísticas.
Salvo, salvo, salvo, que sea para contarnos muertas... para ser una vez más, un número entre miles de historias silenciadas, resumidas, que no incomoden lo suficiente, que no interpelen a nadie por negociarnos una y otra vez en sus mesas chicas de la gran política. A la que nunca llegamos, nunca ilesas, nunca enteras, nunca sin antes haber negociado otras urgencias en el camino.
Las nadies,
nunca nadie sabe,
nadie ha visto nada.
A narices de todos. Nos están matando cuando vamos a exigir nuestro derecho de acceder a la salud, a una vida digna, a ser tratadas por lo que somos: mujerescuerposconposibilidaddegestardiversidades trabajyuuadorxs en un universo que nos borra y silencia continuamente.
Muere otra mujer, una más,
Y otra vez nos vamos sumando las nadies,
En los distintos territorios, con complicidad estatal.
.
Tal vez si las guardias expulsivas, repulsivas, resonarán más con guaridas, espacios para guarecerse... cuando no se puede o no se sabe cómo estar en la vida... En vez de su revés, de guardias tan de seguridad, tan con sabor a ejército o milicia alerta de malestares... tal vez viviríamos en un mundo más vivible...
Un día en el loop de un tiempo injusto, las nadies también celebramos un guiño reparador, la perpetua al médico Bergés y sus aliados del terror y la tortura. En este intersticio de duelo y resistencia les decimos que a dónde vayan los iremos a buscar, que el aparato represivo se reedita con su grosera impunidad todos los días de nuestras vidas. Incluso y dramáticamente cuando vamos a parir. No son errores, no son excesos, es la estructura nodal de un sistema perverso.
Alguna vez las nadies, de la misma manera que parimos al mundo pararemos el sistema.
Y la tortilla se va a volver.
La casa no está en orden, está en llamas.
Nota: Guardianas Floreseremos, espacio de doulas feministas @guardianasfloreseremos.
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