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  • Foto del escritorRevista Adynata

Mis días felices / E. Nacusse

Con mi novia pintamos los muebles de la casa

de colores brillantes en la terraza del edificio

y después nos reímos de lo feo que quedan

y nos lamentamos y nos decimos

que nada es para siempre


Ya no quiero ser joven

ir a fiestas a arrancarme el corazón

con pasitos de baile secretos

con pasitos de baile prohibidos

para el cuerpo en el que habito.


Imagino entonces que soy una estrella melancólica

toda lunar enquistada en las puertas del cielo

y pido un deseo para mi yo de abajo


que Ezequiel pueda vestirse de mujer sin tener vergüenza

que se pinte los labios con aerosoles

y el alma con brillantina

que su barba crezca como un río

y que sus palabras se queden con el viento

que el peronismo gane las elecciones

que el pasto sea no-binario, es irónico,

que sea pasto y nada más

que los recibos de sueldos vengan con flores

y que los jubilados vivan como reyes


Ya no deseo nada para mí

Me divierto pensando que una vez estuve triste

y que una poeta me dijo Sos un hombre de cristal

Soy un hombre de cristal

y me rompí

Nunca quise ser una dama de hierro


Aspiro las esquirlas

le doy de comer a las gatas

pongo en orden la cama y la casa

prendo una velita y bailo dócilmente

la alegría doméstica de las plantas


Estoy contento de haber llegado hasta acá

Ya no soy joven, pero somos hermosos.



Franco Fasoli Ludovico, Daniel y sus tardes de placer Collage sobre tela 67 x 73 cm 2020

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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