Hay un lugar entre dos arboledas donde el pasto crece cuesta arriba,
y el viejo camino a la revolución se pierde entre las sombras
cerca de una casa de reunión abandonada por los perseguidos
que desaparecieron en estas mismas sombras.
Yo anduve ahí juntando hongos al filo del terror pero no te engañes,
no es un poema ruso, esto no es otra parte, esto está acá,
nuestro país se acerca más y más a su verdad y a su terror,
a sus propias maneras de hacer desaparecer gente.
No te pienso decir dónde queda ese lugar,
donde se encuentran la maraña
tenebrosa del bosque y la franja de luz sin señalización:
encrucijada llena de fantasmas, paraíso mohoso:
ya sé quien quiere comprarlo, venderlo, hacerlo desaparecer.
Y no pienso decirte adónde queda, ¿para qué hablo, entonces?
Porque vos todavía sos capaz de escuchar,
porque en tiempos como éste,
para que vos te dignes a escuchar, es necesario
hablar sobre los árboles.
Fuente: Oscuros campos de la república (1995) traducido por Jorge Yglesias
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