Insumo feroz de las des-memorias; esta capacidad anímica de selección, conservación y transformación del pasado constituye una pieza clave en el inventario de nuestras técnicas del des acato. Recordar, como una manera de suturar y reparar el tejido siempre abierto del transcurrir, como un modo de recuperación creativa de lo que-ha-sido y aún así no-cesa-de-ser. Recordar lo perdido, lo conseguido, lo soñado, y también lo que nunca fue. Recordar a quienes estuvieron, a les que son-junto-a-nosotrxs y a les que están por venir. Recordar con las tripas, con el olfato, con la imaginación, con los dedos, con los tex tos y con los relatos.
Recordar lo lindo, lo ácido, lo amargo, lo ingrato, lo grande, lo pequeño y lo incierto.
Recordar, sí, pero no como lo opuesto al olvido, sino como una manera de dejar ir y de retener a la vez, como un proceso de digestión del éxtasis que liga precaria e inexorablemente lo-sido, con el presente, la pérdida y el porvenir. Recordar, para volver a pasar por la mente y por el cuerpo lo que permanece en el modo de una ausencia, de una evocación o incluso de una visitación. Recordar, con insistencia, para hacer de la memoria común, sitio de reparación y de encuentro colectivo.
Fuente: Borrador para un abecedario del desacato, Madreselva Editorial. CABA 2021.
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