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  • Foto del escritorRevista Adynata

Una respuesta a la pregunta fantasma / León Feldman Reinoso

6. Esta pregunta solo se ofrece para inquietudes en estado de revuelta que cursan sin apuro

despreocupadas de las evaluaciones. Se la presenta como pregunta fantasma.

Lea una y otra vez el relato Anamnesis de Silvina Ocampo solo lea escuchando lo que le pasa

mientras lo lee. Luego, cuando las sensaciones decanten, escriba lo que pueda y sienta ganas

entrecruzando lo que piensa con ideas que se transmiten en esta materia.


Anamnesis


Del interrogatorio a la intriga atenta, paciente, un diálogo se deshace en frases, ideas, elucubraciones, preguntas.

Se lee una conversación entre ¿paciente? y ¿terapeuta?

Un intercambio de palabras o palabras que intercambian fluidos de intensidades a través de cuerpos que sufren las desmesuras del sentido.

Una literatura de la clínica. Una clínica de la literatura. ¿Un cuento? ¿Ensayo? ¿Experiencia? ¿Encuentro?

El acto de escribir deviene clínico, en tanto se escribe para quien unx ya-no-es, a sabiendas de que la escritura es impredecible, aparece, emerge, surge contingente, ligada a cierta sensibilidad que cada tanto avizora más por el lado de la intuición que por el de la fórmula.

La consigna presenta el desafío de leer, leer, leer otra vez y escuchar aquello que se siente mientras tanto.

Se desvanecen fronteras entre texto y texto que no se intentarán volver a levantar.

Fragmentos dispersos de inquietudes, vagas nociones, infinitas curiosidades y pocas certezas ¿se presentarán como “examen” a evaluar?

Anamnesis es un relato hermoso, onírico, un ensayo que revela que la clínica, así como la vida, actúa abriéndose paso entre las ficciones que se presentan como realidad mientras las heridas de lo real cultivan evanescencias como potencias del desamparo.

Es un diálogo que revela los infinitos mundos que anidan en una sensibilidad que se expresa como puede.

Es el testimonio de una historia tan íntima como universal.

Es un texto que presenta todos los textos.

Un diálogo que saltea escenas, omite pasos, imagina sin prisa, se pasea por las cornisas.

- Ella advirtió despreocupada que “en cada ser está el universo”.

-“¿En cada universo estará el ser?”, preguntó.

Revela procesos de duelo ante la incapturable inmensidad que acontece frente a nuestros ojos sin que se pueda explicar, atrapar, estructurar, aunque se intente.

El cuento


Anamnesis es una producción mágica, de ojo clínico agudo.

Supone penetrar fibras estáticas porque del otro lado está el vacío contenedor de fragancias que consumen pasiones que reclaman tacto.

Portadora de una belleza estética incierta, volátil, impredecible, anuncia el contacto antes que el impacto.

Sobre clínicas y diálogos (im)posibles.


La clínica no ofrece soluciones definitivas orientadas por manuales de intervención, protocolos del cómo curar, cómo vivir.

La clínica traduce lo imposible con inventivas que radican en sensibilidades que se sumergen en las tempestades ajenas.

La clínica siempre es la clínica de lo irreductible

Es un abrigo, un refugio, un abrazo, un minuto de silencio. Un momento de presencia en homenaje a la ausencia. ¿Presencias ausentes?, ¿Ausencias presentes?

Ciñen la silueta de una ausencia en el aire” (Percia M, Estancias en común, 2017, p.66)

Siluetas que emergen, danzan en el vaivén del tiempo, suavizan agonías silenciosas y desaparecen.

Oxímoron


¿Hospicios carcelarios? ¿Hospitales hostiles?

Sinónimos de psicosis como demencia, locura, alienación, se presentan cotidianamente en lo que se procura y preserva llamar "normalidad".

Se advierte que no se trata de volver a traer de afuera (fuera de sí) hacia la normalidad a cuerpos encantados y destrozados por palabras que apuñalan, sino, dar lugar a preguntas que piensan cómo alojar brumas que despiertan y ven el mundo de otro modo.

¿Clínicas del vivir en común?

Bocas expresan vocablos coloridos, grises, sobrios, extravagantes, secos, fuertes, cálidos, dulces, desgarradores, que cada singularidad toma como propios

Se adjudican identidad y propiedad de esa identidad. Idéntica a sí. Ilusoria propiedad de su vida, como amos y esclavos de su propia desazón, transcribe el autor de Estancias, al decir de Pessoa, “Si el corazón pensara, dejaría de latir”. (Percia, M. Estancias en común, p.449)

Por otro lado, desbordes que bordean las complejidades del vivir expresan otros puntos de vista. Cuestionan la fijeza de nociones y conceptos sólidos sobre los que se legitiman desigualdades médicas, históricas, íntimas, sociales, políticas, económicas, familiares, amorosas, conyugales, de género, étnicas, espirituales, territoriales, que reproducen formas de opresión que algunos nombran "progreso" "desarrollo" "civilización".


Se revisan modos de leer, de ver, de hablar, de ser, aludiendo a pensar que hablas del capital se impregnan en cada gota de sangre que corre por las venas de un imaginario social que se nutre de sus derrumbes.


Se navega entre grados de sujeción y singularidad.

Las ilusiones del dominio de categorías que explican la vida, la muerte, el amor, los padecimientos, las ansias y angustias, los sueños y derivas, se chocan contra paredes de deseos que temen ser realizados.

Acontecen potencias hablantes cuando cuerpos azotados por angustias florecen cuando encuentran sustento en abrazos fraternos.

Se ofrece un gesto, se inventa una caricia aún con un silencio como modo de acompañar pesares inauditos.

Se piensan grados de libertad y encierro en prácticas de la vida en común.

Se propone salir de reduccionismos, de binarismos.

De contemplar y escuchar la complejidad como contracara a la cerrazón de un discurso único, ordenador, total, que no permite escapes a las lógicas de lo ilógico.


¿Hay personas que hablan o hablas que encarnan personas?

¿Cuántos rostros puede poseer un rostro?

Las palabras pueden arrojar al abismo por su exceso o por su falta.

Abismo: ¿Agujeros de sentido que desgarran fibras vitales?

Ella

Ella heredó los vaivenes de alguna mecedora

y la piel de una flor

y los rasgos de algún personaje mágico.

Supo cantarle a los órganos y desdibujar los márgenes de la realidad apelando a sustancias que se desplazan sin rumbo pero no al azar.

Desde los tiempos anteriores al tiempo de lenguaje

Ella cultivó el vacío, hospedó angustias, resguardó miradas que brillaban por su filo.

Escapó varias veces no se sabe muy bien de qué.


Jacobo Fijman Repliegue en rojo (1996) pastel


Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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