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Contar algo / Marcelo Percia

  • Foto del escritor: Revista Adynata
    Revista Adynata
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura

Solía comenzar con una pregunta.

Se volvió un juego.

Decía: “¿Quién quiere contar algo?”.

Enseguida, alguien replicaba: “¿Algo como qué?”.

Entonces respondía: “Bueno… se puede contar algo o, si no, algo; incluso se puede contar algo. Y, si alguien quiere, puede contar algo”.

Si pedían aclaración, explicaba: “Se trata de que cuenten algo. Es decir, algo o algo o, también, algo”.


Reían.


A veces, alguien levantando la mano, decía: “¿Puedo contar algo? Sí, claro, lo que quieras. Entonces, decía en voz alta: ¡Algo!”.

Se festejaba la ocurrencia.

Y, cada cual, a su vez, pedía contar algo, diciendo la palabra algo.

Así comenzábamos, hasta que llegaban propuestas para jugar, hablar, o nada.

Aquella vez Cristian insistió. Insistió mucho. No podía parar. “Esperen, quiero contar algo: ¡algo!”.


Así todo el tiempo. Pocas risas se reían con la suya. Hasta que Cristian se enojó. Y se quiso ir.


Enseguida, Martina, reaccionó: “Profe, Cristian está cansando. Por eso, se enoja. Quiere contar algo que no puede contar”.


De a poco, nos pusimos a hablar. Nadie se quedó en silencio.


Mi hermana está viviendo en el hospital. ¿Cómo viviendo en el hospital? La semana pasada estuvo en el hospital y la otra también. Ya vine tres veces desde que mi hermana se fue. ¿Qué tiene? ¿Está enferma? ¿Te dijeron qué enfermedad? No, no me dijeron nada. ¿No se habrá muerto, tu hermana? Cuando se murió mi abuela, me dijeron que estaba en una clínica. Para mí, tiene una enfermedad y no te quieren decir. En tu casa, ¿están las cosas de ella? Sí, está todo igual. ¿Te fijaste si le llevan ropa? No, no me fijé. ¿Escuchaste alguna conversación secreta? No, no escuché nada. Y, tu mamá, ¿dónde está? Está en el hospital. ¿Hoy quién te viene a buscar? La hermana del novio de mi mamá. Profe, ¡salga antes! ¡Averigüe con la tía! Sí, vaya usted. Vaya, es un caso de fuerza mayor. Si, vaya, lo esperamos acá. Hay que saber por qué la hermana no vuelve. Vaya. Vos Cristian, ¿querés? Sí.


Salgo, pregunto por la tía de Cristian. Se levanta una chica joven. Explico que Cristian pidió que le pregunte qué pasa con la hermana. Me dice que la madre no le quiere contar para no preocuparlo. Le digo que está preocupado. Después de dudar, me dice que tiene una leucemia grave. Se está muriendo. Explico que me comprometí a contar lo que ella me dijera en el grupo. Acepta.


Con un nudo en la garganta, repito palabra por palabra lo que dijo la tía.


Las emociones hablan en silencio.


Alguien propone quedarnos un rato más haciendo una merienda.


No se pudo.


Cuando se estaba yendo, Cristian se dio vuelta para saludar.



Ernesto Marenco - "Escribir y borrar" - 2022 - Lápiz de madera, goma y latón - 16,5 × 3,8 × 0,6 cm
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Comentarios


Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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