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  • Foto del escritorRevista Adynata

El estrés de los Reyes Magos / Martín Smud

Nunca el estrés acontece por una sola causa y se manifiesta de una sola manera, no se diagnostica stress por “esto” sino por muchos “estos”. Los Reyes Magos tienen muchas causas para estar estresados, tienen que traer regalos en la época de mayor desigualdad social que ha vivido nuestro planeta (es complejo hacer regalos a personas que tienen necesidades básicas insatisfechas), además llegan en una época donde la contagiosidad del Ómicron no tiene comparación con otras cepas y ellos por la cantidad de gente visitada y la cantidad de objetos tocados despiertan desconfianza por ser vectores posibles de contagios. Además traen regalos para bebés y niños/as pequeños, la niñez es la época de la vida más vulnerable y en la que se vuelve más difícil saber qué regalar. Los juegos “recomendados” se han vuelto pocos y cada vez más caros y como uno de cada dos bebés es pobre y como los Reyes Magos no quieren desnudar con sus regalos esa enorme desigualdad humana, entonces es lógico que estén estresados.

Lo bueno de toda esta situación es que quienes sienten estrés, perciben con una sensibilidad empática a quienes también lo sienten y los Reyes Magos, por los regalos que están regalando, están preocupados por el estrés que están sintiendo bebés y niños/as que apenas lo pueden expresar con palabras pero que, para “profesionales” de la niñez, despiertan mucha preocupación.

Por eso, los Reyes Magos, este año, regalan juguetes antiestrés. Hay voces de apoyo y otras de crítica. Uno de los juegos que traerán, los Pop it, para estallar como burbujas, obsesivamente, con acción repetitiva, sin final, los dedos arriba y abajo; se convierte en tarea inabarcable pero que, paradójicamente, serena a los más peques. El tener algo en las manos que no se les resista, que se transforma en lo que ellos desean, que no haya lugar para la frustración, se considera importante para estos momentos tan estresantes. Otro de los juegos que traerán a montones son los squishy, en diferentes tamaños y figuras, por lo general animales a los que los peques puedan estrujar, destruir, descargar toda la bronca y que luego volverán a su condición primera. Serán los juguetes del eterno retorno nietzscheano, un descarga broncas, que no tenga consecuencias por su condición de “irrompibilidad”.

Los dos juegos y sus posibilidades de no tener final, de eterno retorno, de pelota de trapo a la que no le importa su destino son algunas de las características de los juegos que traerán los siempre atentos e incansables Reyes Magos. Los padres agradecidos porque la pandemia ha empobrecido al planeta y no tendrían como fondear a los costosos spinner de hace algunos años, ni volver a comprar los manchosos slines y no tendrán que soportar sus sonidos pedorreicos que tanta algarabía levanta en la población con menor edad.

Pero se rumorea que los Reyes Magos están muy sensibilizados y preocupados por lo que observan. ¡Qué mal que la pasaron los pequeños en estos años pandémicos! En momentos donde necesitaban el apoyo de las familias extensas y apoyos por fuera de la familia como amigos, jardines maternales, cuidadores; todo se volvió más complicado. Muchos bebés y pequeños/as, solo al cuidado de sus padres, muchas veces uno porque el otro no está, no existe, no lo dejan estar o no quiere estar. Y así aparecen pequeños/as que se niegan a seguir adelante con los descubrimientos que plantea estar en el mundo, se quejan de que son muy observados, que muchas veces sus movimientos y logros son anotados en una lista de acciones “normativizadas” en concordancia o no con las tablas de la ley de un crecimiento normal. Y así el campo de la temprana infancia se vuelve un campo de incumbencias profesionales, especialidades que prescriben y diagnostican con las mejores intenciones y que tratando de ayudar a la prevención, cada vez encuentran más posibles casos de pequeños/as con diversas dificultades. Notan que algunos se niegan a seguir investigando porque perciben que cuánto más investiguen se les abriría un mundo cada vez más complicado.

Otros especialistas critican a esos juegos, sostienen que ayudados por los grandes los dejan enfrascados en acciones solipsistas que no se les resisten, que sus colores y movimientos se abren a sus deseos que, de tanto tenerlos en las manos, pasan a ser parte de sus cuerpos. En este sentido, los juegos antiestrés se vuelven peligrosos porque intentan responder a un potencial diagnóstico que se vuelve anticipatorio y que podría realizarse como profecía autocumplida.

Y los bebés y pequeños/as entre una posición y otra, y pueden como protesta detener esa difícil comprensión de las diferentes posiciones, de la brecha, de las diferentes separaciones entre el yo y el no yo, y perder el deseo lúdico y entonces para los que se acercan al pequeño/a notarán un tiempo de dificultades. De repente el pequeño/a comenzará a llorar, y seguirá llorando, parece no terminar nunca o se queda dormido demasiadas horas y comenzamos a notar el deseo de no hacer nada, la falta de ganas, cambios anímicos muy pronunciados. Y ahí es conveniente la derivación a tratamiento psicológico a ellos y a sus familias, lo cual puede ayudar a abrir esas coagulaciones que impiden jugar como apertura necesaria al aprendizaje en el que los juegos son facilitadores. Más allá del diagnóstico y mucho antes de ello, no hay época en la vida más difícil y más relevante que la niñez. En el primer año de vida no sólo se crece y se triplica el tamaño sino que se aprenden un montón de cosas de distinto color y envergadura. ¡Cómo no estar estresado por semejante tarea en estas épocas pandémicas de tantos miedos e incertidumbres varias! Distinguir a los otros de lo que desean de mí, aprender a moverme en un mundo lleno de peligros, comenzar a hablar relacionando lo que me piden con mucha exigencia y lo que tengo ganas de hacer ligado a mis deseos e ir descubriendo mi forma de ser y en todo esto aprender a aguantar los fracasos y las esperas.

Difícil tarea para chicos que están en sus momentos inaugurales. Y así con tantas dificultades, este año los Reyes Magos les traen juguetes para desestresarse, que los rompan total son irrompibles, que metan los dedos total en este juego no hay ninguna resistencia ni dificultad. Los Reyes Magos saben lo que hacen, podemos no coincidir en los regalos que traen este año pero no podemos negar que tienen una lectura a reflexionar acerca de las cosas que están viviendo los pequeños/as quizás en los peores momentos para serlo.

Un regalo es una demostración de las dificultades del amor, existen tantos diferentes tipos de regalos: puede ser un objeto de marketing, algo para quedar bien, una sorpresa, una obra pero lo que debemos intentar enseñar/nos: el amor no pasa por los objetos sino por la percepción de una necesidad, por la pregunta acerca del deseo del otro, y que los Reyes Magos están preocupados porque no desconocen que lo importante que es mantener la llama eterna del deseo de jugar/aprender. Los juguetes siempre llevan el sello de los tiempos que corren, que no podemos ni debemos negarlo, y este año llevan el sello de los tiempos de los bebés estresados por tantas planillas para llenar y tan poco lugar para jugar.


Marga RH Las tres reinas magas 2020 (para the Undocumented Women’s Fund.) Acuarelas, lápiz, lapiceras

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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