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  • Foto del escritorRevista Adynata

Folletín de la nada / Mercedes Na. Ramírez

uno


Folletín de la nada se presenta como escritorio de posibles resoluciones del sentido en amplio desorden de los métodos establecidos del hacer, sin saber identificar siquiera muy bien el estado de la empresa a resolver.


Escritorios que se susurran en confianzas como escritoría, donde se bifurcan alegrías y convulsiones revoltosas, de impermanencia de lo que corre empapando si el género es en masculino: río que deja correr oportunidades en la cercanía del cuidado con toda escritura. Del desorden es que nos enteramos de esa percepción que opera como imperio capitalista, donde todo es parte y distinción, donde solo la nada tiene lugar de caos.


La práctica minuciosa de desorientar vicisitudes desconcierta ampliamente al pavor desprevenido, tanto que lo deja en una esquina quíntuple de un barrio circular sin datos para poner el GPS que te lleve seguraal lugar al que se debe llegar.


La segregación instantánea de los textos sociales como relatos de la diferencia insisten en agruparpotencias del destierro. Qué problema el texto y lo social ¿No interesan más narraciones que intenten un territorio sin zanjada delimitación aún sabiendo de lo perecedero de ensayar la huida fabuladaal ser elevados como una verdad cauta?


La magia del poder radica en hacerse razonablemente indulgente frente a una vida que nunca entendióel error que le ha sido asignado,el error de haber creído poder interpretarla de modo unívoco,y así violentada. La palabraque hace tajo en el papel se da lugar.


Cada vez que se intenta anudar sentido, esa bellitud del desatino en el reverso de charcos sobre los que se chapotea un ensayo malogrado del decir, se desvanece ante ciertoimperativo espirituoso respectodel querer asir.[i]



dos


La experiencia del error, como el de la nomadía[ii], acompañan entumecidas la mentira irresoluble de lo que promueve la pregunta ontológica para las ciencias sociales. Una progresión irrefrenable de soluciones contractuales.


Cobijan la risa, la confusión, el desentendimiento.


¿Para qué escribir? Para nada.

La mayoríade las veces azota una verborragia de incontables sonetos sensacionales, espectaculares, por pérdida de una dignidad impávida.

Causación como efecto, o como insinuaciones de una faltacometida, o como humillación pormenorizada ante aprobaciones de lo audible.


¿Por qué la vergüenza? porque el orgullo.

Solo a veces estremecen convulsiones que animan,permiten retiradas de la desolación escribiendo. ¿Así se encienden los anuncios tenuesde conversaciones menores?


Tanto desesperael sin decir diciendo que inminentemente se vuelve copiaviva de otra canción de amor.[iii]



tres


Al decir, se inaugura el no, el tal vez y una infinidad de entradas y salidas posibles al problema del .


Hay una parálisisdel sentido en cada inyección de compromiso, aterradora novela dibujada con crayones. ¿Cómo proclamar voluntades del acto en el hacer cuando no se sabe muy bien qué se está haciendo? ¿Cómo responsabilizarse con una realización en el punto nodal desde donde definitivamente no se imprime nuestra voluntad? ¿No debería resultar inquietante la imposibilidad de determinar la direccionalidad de una huida?


¿Y si el vacío en el centro del sentido de la vida fuese el lugar de todo poder, que produce y continúa, que ilusiona y repite incesantemente, que fragua toda tristeza al calor intermitente e imperceptible del punto que inaugura horizontes de una interminable obligatoriedad ofrendada al imperio discrecional del sometimiento a decir?




[i] Para que el pensamiento del No Querer Asir pueda romper con el sistema de lo Imaginario es preciso que yo llegue a dejarme abandonado en algún sitio fuera del lenguaje, en lo inerte, y, en cierta manera, lisa y llanamente: sentarme. (...) No querer asir el no-querer-asir; dejarvenir (del otro)lo que viene, dejar pasar(del otro) lo que se va; no asir nada, no rechazar nada: recibir, no conservar, producir sin apropiarse. O bien: "El Tao perfecto no ofrece dificultad, salvo que evita elegir." Que el No-Querer-Asir quede pues irrigado de deseo por ese movimiento riesgoso: te amo está en mi cabeza, pero yo lo aprisiono tras de mis labios. No profiero. Digo silenciosamente a quien no es ya o no es todavía el otro: me contengo de amarte.” (En Fragmentos de un discurso amoroso, Roland Barthes, 1977). [ii] Cierta vivenciade no tener lugar, ni casa, ni grupo, ni amor, ni nombre. [iii] Canción “Copia viva” por Los Besos: https://www.youtube.com/watch?v=4xiiNBH3qJ8



Francesco Netti La lettura. Oleo sobre tela

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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