Comenzaré este texto, con un relato que da cuenta de los momentos iniciáticos de lo que hoy pretendo explicitar como dispositivo psicosocial de intervención clínica: Historia Vital del Trabajo (HVT).
Las historias narradas por los usuarios de los Hospitales de Salud Mental me posibilitaron reconocer aspectos silenciados de la vida cotidiana de los residentes en estas Instituciones, transmutar el código y la apropiación de lo narrado.
Historias no contadas
Es B. quien en primer lugar viene a mi recuerdo.
Un rostro surcado por el llanto arrastra el cuerpo gordo, grande, pesado, blando, cargando sufrimientos de tiempos inmemoriales. B. llora. Sus lágrimas no llaman a la compasión, bien por el contrario, molestan; son lo que vulgarmente se denomina “lágrimas de cocodrilo”; nada de lo que sucede las justifica, las legitima. No se alcanza a reconstruir la escena que provoca tanta tristeza. El dolor parece lejano. No se divisa si se trata de una ofensa, de un duelo o la congoja de una vida vacía de sentido desde su origen.
Un desafío se impone al interlocutor: lograr que lo que dice le afecte. La dificultad se acrecienta aún más a consecuencia del chasquido que acompaña sus palabras seguido de pequeñas gotas que expulsa al hablar, lo que obliga a quien lo escucha a alejarse. Su mirada se oculta detrás del espesor de los lentes que intentan dar visibilidad a un mundo que se le achica.
A pesar de que casi a diario veo a B., en una oportunidad algo de mi desconocimiento sufrió la amenaza de un quiebre. Me presté a escuchar en privacidad sus quejas, que revisten siempre el carácter de una denuncia de consecuencias graves, sobre las que habría que tomar todos los recaudos necesarios para proteger su persona. Era urgente y debería mantenerse en secreto que fuera él el denunciante.
B. me llama en voz baja, y como otras tantas veces nos dirigimos al consultorio más distante. Lo escucho.
Sin embargo lo que marca una inflexión en este ritual y lo singulariza se liga a la pregunta que le formulo, que desplaza el diálogo hacia mi interés: B, ¿en qué has trabajado antes de estar internado? Cuál no fue mi sorpresa al escuchar el despliegue de un relato al que voy acompañando con mucha expectativa.
Aún más, al privilegiar con lujo de detalles su habilidad de marqueterista, la exigencia de perfección del encastre en muebles de estilo según el gusto de los años 40 ́.
Mi curiosidad le permitió desarrollar la escena fabril, subrayando el vínculo afectivo que sostenía con la patronal, el prestigio de la fábrica y la calidad de la producción reflejada en las mueblerías clientes, entre las que se encontraban las de alta calidad, nada menos que Maple y Stein. Aún bajo efecto de la sorpresa y entusiasmada con la revelación, confirmo la validez de sus palabras en tanto he comprado mis muebles en Stein.
¿Cuáles fueron los avatares de la vida que lo condujeron a la internación? ¿Por qué el mundo externo al hospital ya no lo abriga? ¿Por qué el desinterés caló tan hondo que no lo provoca a querer salir?
Interrogantes a borbotones me inundaban. La fábrica cambió, el hijo sustituyó al padre, y con él entró la modernidad; la tecnología de los muebles en serie reemplaza el preciosismo de los artesanos, el gusto americano domina el mercado, haciendo a un lado el gusto francés e inglés. Conservó el empleo pero no el puesto de trabajo; pasó, en consecuencia, a ser empleado de mantenimiento, cumpliendo la labor de barrer el aserrín que las máquinas fabricaban en gran cantidad. El relato empieza a entrar en un cono de sombra acompañado por sollozos contenidos.
B. llora un llanto doloroso, intenso, profundo. Algunas palabras se vuelven ininteligibles y dimensionan nuestra sordera: “Dulce, ya no recordaba más esa historia, porque hace 20 años que de eso no hablo...”
Fuente: Suaya, Dulce (2013) Historia vital del trabajo (HVT). Dispositivo psicosocial de intervención en la clínica de la salud mental. En Trabajo, actividad y subjetividad. Debates abiertos. Andrea Pujol y Constanza Dall ́Asta (compiladoras) Córdoba, 2013. E-book.
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