Este órgano antiguamente descuidado fue objeto de mucha atención durante la edad de gloria, habiéndose otorgado entonces el papel que juega en la reproducción de las amantes. Fue por completo azar que una en una de las antiguas grandes asambleas, una amante, perteneciente al grupo llamado de las reinas rojas, por pura modestia, lanzó la célebre frase “por la oreja”, respondiendo a la pregunta: “¿cómo van a reproducirse los pueblos de amantes?” Así pues, las pequeñas amantes nacen hoy de oreja en oreja. La mayoría de las amantes admiten que estos nuevos nacimientos no son peores que los antiguos. Este método tiene la ventaja de proporcionar placer y dicha inmediata a la vez a las recién nacidas y a aquellas que las hacen. Por otra parte, se evitan de este modo las atroces mutilaciones que sufrían antiguamente las recién nacidas, cuando los repollos eran cortados por accidente.
Fuente: Wittig, M. & Zeig, S. (1976) Borrador para un diccionario de las amantes. Traducción de Cristina Peri Rossi. Editorial Lumen. Barcelona 1981.
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