Oíd Mortales (fragmento) / Veroka Velásquez Ulloa
- Revista Adynata

- 3 sept
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En su libro ¿Son obsoletas las prisiones?, Ángela Davis se preguntó en 2003 por la “naturalidad” con la que la sociedad estadounidense aceptó la construcción de nuevas cárceles en la ciudad de California durante las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado:
“¿Por qué existió un nivel de comodidad tan obvio frente a la perspectiva de nuevas (muchas) cárceles? Una respuesta parcial a esta pregunta tiene que ver con la forma en que consumimos imágenes mediáticas de la prisión (…) La crítica cultural Gina Dent, ha señalado que nuestra sensación de familiaridad con la prisión viene en parte de las representaciones de prisiones en el cine y otros medios visuales”.

A contracorriente del pensamiento de su época, Angela Davis participó en la campaña en contra del sistema de cárceles en California. Denunció que estaban poblados en su mayoría por jóvenes negros y pobres, a los que la sociedad discriminaba y excluía mientras aceptaba que “el mejor lugar para ellos era la cárcel”. Davis fue una militante feminista que luchó por los derechos de las mujeres y las comunidades afrodescendientes. Para ella, el sistema carcelario produce y reproduce la violencia al contemplar el “castigo” como única respuesta a los complejos problemas sociales del capitalismo.
Conocer la experiencia de Ángela me ayudó a visualizar un camino en mi afán de querer transformar el sistema de “castigo” dentro de los institutos de menores. A partir de vivenciar diversas situaciones violentas, injustas e inhumanas, mientras las clases de mural avanzaban, decidí denunciarlas y hacerlas visibles. Así nació Oíd Mortales, un largometraje sobre jóvenes en contextos de encierro, basado en hechos reales, a partir de los talleres creativos del “Proyecto 30” en los Centros Socioeducativos de Régimen Cerrado.
Fue la forma que encontré y encontramos quienes transitamos este tipo de dispositivos, para narrar el cotidiano doloroso de los jóvenes que están privados de su libertad. A través del lenguaje del cine, nos propusimos transmitir las historias de vida que el sistema invisibiliza permanentemente y amplificar sus voces sistemáticamente negadas.

El objetivo fue el de componer nuevas imágenes de la realidad que viven a diario centenares de pibes y pibas. Relatos con sus voces en primera persona para romper con “la corriente fetichista de las representaciones” de los dispositivos de encierro.
Una lanza luminosa para, como dice Dziga Vértov: “Hacer visible lo invisible, claro lo oscuro, evidente lo oculto, desnudo lo disfrazado”.
Un grito colectivo de denuncia para la toma de conciencia.
Davis, Angela. ¿Son obsoletas las prisiones?, 2003
Fuente: Verónica Velásquez Ulloa (2024) Arte en contexto de encierro. Diario del taller de mural en sistemas cerrados para jóvenes en conflicto con la ley. Fondo Nacional de las Artes. Ministerio de Cultura.




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