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  • Foto del escritorRevista Adynata

Pandemiana / Ana María Quicho

“Un creador no hace nada más que aquello de lo que tiene necesidad absoluta.” Deleuze


Diferentes escenarios, tanto en el rol docente como estudiante, en medio del temblor que implica pensar afectada por la pandemia, el encierro, la incertidumbre, por el trabajo que tuve pero otrxs no pudieron tener. Afectada por el miedo, por las decisiones del gobierno, por las trabas que llegaban desde la nueva dirección del colegio, por el colonialismo, por el capitalismo y por los nuevos caminos que he podido recorrer a desde casa.


Tomé fotografías desde ese último martes 17 de marzo del 2020 a las 8am, minutos antes que la coordinadora me pidiera que me vaya del colegio “¡YA!”, por haber tenido contacto estrecho con un vecino recién llegado de Venezuela. Postal que siguió intacta hasta febrero del 2021, cuando volvimos en el periodo de acompañamiento pedagógico. Fueron meses duros los que hemos pasado y aún no ha terminado. A días de empezar las clases presenciales, seguimos con la misma incertidumbre, con mucho trabajo, con información que no dice nada sobre cómo será trabajar en burbujas.


Hoy no pretendo informarte, sino quebrar la armonía del pensamiento. Libre de interpretar lo que quieras, en esa interpretación deseo abrir nuevos interrogantes, nuevos matices, otras posibilidades.


Postal marzo 2020 – febrero 2021


No podemos saber cómo saldremos de la pandemia cuyas condiciones fueron creadas por el neoliberalismo, por los recortes a la salud pública, por la hiperexplotación nerviosa. Podríamos salir de ella definitivamente solos, agresivos, competitivos. Pero, por el contrario, podríamos salir de ella con un gran deseo de abrazar: solidaridad social, contacto, igualdad. El virus es la condición de un salto mental que ninguna prédica política habría podido producir” Franco Berardi


Aún no sabemos cuándo saldremos de la pandemia, pareciera que el corona-virus llegó para gobernar este mundo globalizado bajo el miedo, el dolor, los protocolos, los cierres inesperados, el tele-trabajo, el distanciamiento, las muertes… Y las escuelas no quedaron fuera de esta afección ¿te creiste que volvían en quince días?

El encierro llegó pero siempre existió. Acaso no lo viste en el jardín, en la primaria, en la secundaria, en el trabajo, en el club, en la cárcel, en el hospital… “En los manicomios… Ay, los manicomios Ya se sabía de los virus, del encierro, de la espera, de la desesperación, de angustia, del momento a momento, de la probreza, del egoísmo y la vida seguía. Manicomios, relojes que adelantan. Y tu vida, ¿cómo sigue?” Verónica Scardamaglia.

Gatx vigilante


“¿No es preferible un régimen de subcontratación y el trabajo a domicilio? ¿No hay otras formas de castigar a la gente diferente de las cárceles? Las sociedades de control no necesitarán ya de espacios de encierro. Ni siquiera la escuela.” Deleuze Gilles.


Invierno del 2020, un día más de confinamiento en Argentina. Estamos en el pico de la pandemia y aún con la incertidumbre de si volveremos o no a trabajar presencialmente.

Trabajamos y cursamos en pantuflas. Se cursa desde la escalera, desde el cuarto, desde la cama, desde el patio, desde el comedor, desde el living, desde la terraza, desde algún cuarto del hospital, desde algún rincón donde haya señal.

Que todxs tienen que prender la cámara, que todxs tienen que estar presentes, que les van tomar lista, que vas a firmar por molestar, que termino la reunión porque algo me molestó. No estamos entre las paredes de la escuela, pero se las ingenian para vigilar. Ahí aparecen lxs vigilantes, lxs que no entienden que al menos estás ahí. Les avisas que estás trabajando, les avisas que estás con síntomas, les avisas que estás cansadx, les avisas que nadie te responde, les avisas que no das más, les avisas que no tenés un mango, les avisas que no tenés una compu, un celu, pero a lxs vigilantes sólo les importa completar planillas para cumplir con lo que le pide su vigilante.


“Será de gran interés averiguar qué será de la identidad escolar y profesional en el seno de la formación permanente, que es nuestro porvenir, y que no necesariamente implicará la reunión de los educandos en un espacio de encierro.” Deleuze Gilles.


Estamos Sexualizadxs Innatamente.


En medio del covid19 hay docentes que luchan contra la normalización cis-hetero-colonizada-eurocentrista-capitalista-neoliberal-patriarcal dentro de las instituciones devenidas en escuelas normalizadoras de los cuerpos. Pues ante la negación de derechos surgió la rebeldía de estudiar aún más.

Escuelas ortodoxas con directivos que no cumplen los derechos de los adolescentes, creedoras de la verdad divina. Se tiñeron de familia e invadieron tu hogar desde una pantalla. Escuelas con directivos que pretenden despojar parte de los cuerpos de los docentes para que sean unos vigilantes más. Directivos que en pandemia se aseguran que vulnerar el derecho a recibir ESI. Directivos que vigilan y controlan qué no dar en la virtualidad. Pantallas con docentes que reconocen el derecho que nos interpela a diario, y en ese reconocimiento, el modo de relacionarse con los pibes se construye. Docentes que al igual que Suley Rolnik: “apelan a los ‘saberes-del-cuerpo’ para socavar individual y colectivamente el régimen dominante, e invita a ‘hacernos un cuerpo’. Y es que “se tiene que transfigurar las formas sociales y transvalorar sus valores cada vez que la vida nos indica que ya no se puede seguir así, porque sofoca.” Como sofocan algunas escuelas virtualmente para que seamos creedores de su única verdad.

En el 2021 sofocará el combo barbijo, máscara y burbuja. Pero ¿sofocará la escuela?


Vacaciones junto a él 24/7…

“…la información es exactamente el sistema de control. Es evidente que esto nos concierne particularmente hoy” Deleuze Gilles


Bello tapa-bocas con sus colores perfectamente combinados con el paisaje que ofrece el Cañón del Atuél. Bello, posando protagonista del 20-21 ¿Qué hacía en Buenos Aires? Pues allí nació, con dos capas que entre medio dejan espacio para una tercera capa de papel. Nació con dos elásticos que sujetan los oídos de quienes escuchan la información, los protocolos que surgen día a día en esta pandemia. Nació para cuidar a alguien, nació para darle seguridad a alguien, nació para darle alegría a alguien. Pues antes, alguien usaba uno que hizo con tela de una remera vieja y dos gomitas. Porque así decían en la tele. Así se informó y no se pidió que creyeras, “sino que nos comportemos como si creyéramos.”

Bello tapa-bocas… tan bello como las flores que llevas en tu tela. Bello como todos los que nacieron para comercializarse junto a vos, bellos aquellos que tienen brillo, aquellos de encaje, ni hablar de los engomados, ideales para salir de joda una noche por Palermo.

Tan bellos los tapa-bocas que alguien compró de varios colores porque no se puede tener uno solo ¿Cómo vas a tener sólo uno? Hay que tener uno para trabajar, uno para pasear por el barrio, uno para ir a la plaza, uno para ir de compras, uno formal, uno informal, uno para esta ropa y para la otra.

“Esto es la información, la comunicación, y no hay información alguna al margen de las consignas y su transmisión, no hay más información ni comunicación” Deleuze Gilles.


Mendoza tiembla.

“Tiembla lo que está en peligro, lo que carece de fundamentos sólidos, lo que se expone al riesgo de la no-seguridad, de la no-conversación.” Mónica B. Cragnolini


¿Quién no intento estudiar en vacaciones? ¿Quién quiso que fuera así? ¿Quién estaba preparadx? ¿Quién quiso que esto sucediera? ¿Quién quería dejar de aprender? ¿Quién logró todo lo que se propuso? ¿Quién no necesitó conectarse? ¿Quién no se quedó sin señal? ¿Quién tuvo todos los recursos? ¿Quién disfrutó la desconexión? ¿Quién no pudo despedir a un ser querido? ¿Quién no necesitó de otrxs? ¿Quién no se sintió solx, perdidx, confundidx, rotx, acompañadx, cansadx, atareadx, abandonadx?

Decime quién.

En una tarde frente al río, puede surgir ese momento de no seguridad. Preguntas que no tienen una sola respuesta, que no tienen un sí o un no, preguntas que hacen temblar. “El temblor acerca a la posibilidad, al ‘todavía’, al ‘aún no’, al ‘quizás’.” Mónica B. Cragnolini


WhatsApp Image 2021-03-03 at 11.37.30 AM


El encuentro terminó a las 11:30, pasaron minutos, pero ellxs que ‘ya egresaron’ seguían allí. R-egresadxs del 2020, su año, donde no pudieron vivenciar los lujos de ser egresadxs.

R-egresadxs que volvieron en el 2021 en burbujas, por cumplir con la secundaria obligatoria. Egresadxs que la única foto grupal que tuvieron fue al terminar la ceremonia de colación, fuera del colegio. Egresadxs que estuvieron seis años en La Técnica, pero el séptimo lo vivieron desde casa, desde el trabajo, desde la familia, desde la angustia, desde la incertidumbre, desde la soledad, desde el enojo.

Egresadxs que se salvaron de este nuevo año de pandemia con protocolos que se quiebran y que ya hemos roto porque es, fue y será inevitable que mantengamos las distancias. Y es que al aula entramos afectados.

Egresadxs, felicidades porque se liberaron del control y el encierro de la escuela.

Nosotrxs seguiremos aquí…. Perdón, me olvidaba… estamos en pandemia, seguiremos encerradxs allí afuera.


En quechua no existe el chau, el adiós. Pero si el ‘hasta luego’, el ‘hasta que nos volvamos a encontrar.


Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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