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  • Foto del escritorRevista Adynata

Post Guardia XIII / Débora Chevnik

(una bienvenida a residentes ingresantes a hospitales 2020)

¡Hola! En cada bienvenida se renueva la pregunta por la hospitalidad.

¿Qué bienvenir? Bienvenir… ¿a dónde? ¿Qué es unx recién llegadx? ¿No somos todxs parte del mismo mundo?

¿Qué nuevos vientos –¿alientos?- trae lo recién llegado?

Como sabemos, hospitalidad y hostilidad, será porque comparten raíz o vaya a saber por qué, están muy próximas. Hospitalidades se transforman en hostilidades, a veces, sin ni siquiera darnos cuenta. Hostilidades, con mucha suerte, viento a favor y dolores de cabeza, pueden devenir hospitalidades.

Recién llegadx y recién llagadx, difiere en una sola letra.

Lxs recién llegadxs, que en el dialecto de los hospitales se dice erreuno, suelen ser portadorxs de una de las preguntas más caras para toda institución. Una de las preguntas más incómodas. ¿Por qué esto se hace así y no de otra manera? ¿Siempre se hizo así? ¿Y si probamos hacerlo asá?

Caras quiere decir queridas y quiere decir costosas.

Esa incomodidad, esa condición de recién llegadx, ese dolor de cabeza, ese riesgo, ¡esa potencia interminable!, no solo la soportan lxs erreunx. La soportan todos los cuerpos que se animen a hacerla vibrar en sus cuerdas vocales. Claro está: la única manera para sostener semejante tembladeral es con otrxs, cuando ese “con otrxs” funciona como abrigo. Jamás en soledad.

Los hospitales están en el mundo, ¡qué obviedad! No, en serio, ¿es una obviedad?

En los hospitales sabemos perfectamente bien lo que es una emergencia: es cualquier condición que pone la vida o lo vivo en riesgo de perderse. En el mundo hay emergencias, hay violencias, hay odios, hay desigualdades. Crispaciones, no tantas.

¿Hay vidas que valen más que otras? ¿hay vidas autorizadas a ser vividas y otras que no?

¿Se está legitimando, a través de las prácticas, la segregación como forma de vida en común?

Hospitalidad, es bienvenida a t o d a forma de vida. No es ejercer métodos para contorsionar existencias hasta adaptarlas a las costumbres locales. Eso no.

En los hospitales, la pregunta por la hospitalidad es de carácter urgente. No solo para dar la bienvenida a lxs erreunx. También, para esperar y bienvenir a las vidas que vienen a los hospitales a atenderse, a curarse, a buscar alivio, a socializar sus dolores. Esperar a quienes no esperamos. Esperar incluso a quienes esperamos que ni lleguen ni (nos) llaguen. “Pacientes”, se les dice en la lengua de los hospitales. Y, “sus” dolores, claro, son los dolores del mundo.

Es urgente evitar hacer de lxs recién llegadxs, recién llagadxs.

Todxs podemos ser portadores de “lo erreuno”, de esas caras e incómodas preguntas típicamente atribuidas a lxs erreunx: residentes, concurrentes, usuarixs, plantas (¿cómo hace una “planta permanente” para no perder la vida, para no volverse de plástico?), pacientes, administrativxs, enfermerxs, supervisorxs, jardinerxs, pediatras, jefxs, directorxs, etcssss. T o d x s.

Propongo bienvenir cada instante en el que todxs, cualquiera de nosotrxs, podamos “devenir erreunx”. (incluso lxs R20 o lxs R40)

Bienvenidxs LXS erreunx y LO erreuno!!

Ensayar modos de hospitalidad con esos tímidos balbuceos que pueden dar un poco de oxígeno a este mundo roto.

Hospitalidad con las preguntas-oxígeno en estos tiempos de tantos ahogos.

Hospitalidad para todos los momentos de “común carajear” que podamos inventar.

Urge pensar lo público, el derecho a la atención en salud, los derechos laborales.

Urge pensar las violencias institucionales.

Urge sobreponernos a las lógicas de los acomodos, de los contactxs y de las desigualdades en el acceso a la salud.

Urge sobreponernos a los miedos que, muchas veces, sostienen hostilidades y violencias con las dolidas vidas recién llegadas a las instituciones de cuidado.

Muchas instituciones están enfermas de “acanoismos”. Que es egosintónico. Y que es dicho, no con el escándalo que es negar el derecho a la atención para todxs.

El “acanoismo” es dicho con la naturalidad de quien solo circula ese mantra llamado “criterios institucionales”; esas ficciones tomadas, a veces, con solemnidad gélida y dura.

El “acanoismo” es dicho con la naturalidad de quien recita esos versos anónimos memorizados gracias a dejar de preguntarse ¿las cosas siempre fueron así? ¿Y si probamos de otra manera?

PD: concurrentes trabajan en el hospital hace tantos años. Es hora de mezclarnos; que estén, que sigan estando, que vuelvan. ¿Y si lxs agregamos a esta lista de mails?


Slinkachu, The Yousemun, técnica miniaturas. 2016

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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