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  • Foto del escritorRevista Adynata

Zaratustreanas II De las transformaciones / Fernando Stivala

Diferencia y repetición

Les menciono tres transformaciones del espíritu…*


Transformación como devenir, cambiar las pieles, cambiar una forma, ser distintos.

Devenir no desde el punto de vista de lo igual, ni de la repetición, ni de la identidad. Sino desde el punto de vista de lo heterogéneo, de la diferencia. Deleuze

Depende de las lentes que nos pongamos.

Si nos ponemos lentes de generalidad o repetición vemos la diferencia como un elemento secundario que hace distinto a un alguien estable que en su construcción general no varía.

Nos reconocemos y podemos hablar acerca de lo cambiada que está la otra, pero con lentes de repetición.

Repetición: reiteración de lo mismo, redundancia.

En vez de crear se representa.

Se hace un tipo de subsunción de lo que hay de diferencia real a un tipo de identidad humana.

El pensamiento ahí funciona por sus puntos de identificación. Aunque vea diferencias va a seguir ubicando esas diferencias con sus puntos de conexión, con sus puntos conocidos.

Cada presentación diferenciante que aparezca va a estar sometida a una representación. No es cada presentación sino una representación.

Constitución de una identidad.

Eliminación de la diferencia.

Con los lentes de la diferencia, de lo heterogéneo, del devenir, de lo diferenciante se puede leer de otro modo.

Todo disfraz que venga con el ropaje de lo repetido no es más que la vestimenta de una diferencia.

Le repetición es el modo en que una diferencia se despliega.

El diferir es lo que guía la repetición cada vez. Es el camino por el cual se va llegando a algo. No se tiene un objetivo. Se piensa y se hace al a vez. No hay problemática entre el pasaje de ese pensamiento a un hacer. En ese a la vez es donde nos vamos a encontrar con aumentos y disminuciones de la potencia, con alegrías y frustraciones.

Es el camino de la experimentación.

La diferencia o la novedad no aparecen desnudas ni desenmascaradas, no aparecen nuevas desde el inicio. Van apareciendo enmascaradas en ropajes repetitivos.

Lo nuevo solamente se va a mostrar como novedad cuando esté muy maduro y tenga la suficiente fuerza para imponerse en un cierto medio.


Entonces, esa supuesta repetición es el proceso por el cual la diferencia se diferencia a ella misma creando espacio y tiempo. La repetición no es de lo mismo, es repetición de lo que difiere.

Lo propio de una repetición es lo propio de una diferencia que no se puede dar desnuda de una sola vez.


Hay una especie de intimidad entre diferencia y creación.

La diferencia no es lo que diferencia una cosa de la otra, no es un accidente secundario que le ocurre a dos elementos idénticos. Es el sujeto de todo proceso.

Sujeto es aquel que es capaz de producir un diferenciante.

El sujeto es diferenciante y no diferenciado de.

La repetición misma ya es diferencia.

Ver transformación con los lentes de la diferencia. Sino, todo será elemento accesorio de lo que ya somos.


Eterno retorno no es eterno retorno de lo mismo, sino eterno retorno de lo que difiere.

Lo que siempre vuelve es la pulsión o chispa o sensación.


*Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra (Primera parte ´De las tres transformaciones´)



Luis Felipe Noé “Superposiciones” 1981 Pintura sobre tela

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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