“en el enojo de las debilidades vive el secreto de la ternura.” Marcelo Percia
“Hay que construir un complot contra el complot” Ricardo Piglia
En este momento en el que estamos, en Adynata gotean intentos de pequeñas afirmaciones.
Mínimas, infinitesimales. Que zigzaguean entre un rejunte de escrituras amigas. Y se acercan, nos salpican.
Algunas nos desafían a caminar sin imágenes, a testimoniar lo indecible, a no juzgar y tampoco tratar de entender, (tal vez sean momentos de morderse la lengua), nos dicen.
Otras inventan una liturgia insumisa: invocan a la Santa jubilada de todos los tiempos e invitan a escuchar las músicas que aún no han nacido...
Hay afirmaciones que nos salpican desde luchas que sentimos hermanas, como la zapatista, que renueva aquel viejo saber que discute lo que priva la propiedad.
Cuentan los más viejos que “el problema, la división, las discusiones y las peleas, llegaron cuando llegaron los papeles de propiedad. No es que antes no había problemas, es que se resolvían haciendo acuerdo.”
Anuncian en un largo comunicado del que publicamos una parte que, en esta nueva etapa zapatista después 10 años de autonomía, aprendizaje y construcción de las Juntas de Buen Gobierno (1994-2003), más 10 años de “aprender la importancia del relevo generacional” (2003-2013); y 10 años más “de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética.”, se inician tiempos centrados en trabajar las tierras de no propiedad, incluso junto con hermanoas -como ellxs dicen- de otras geografías.
Hay salpicaduras que nos llegan de “feminismos en minúscula y en plural” como el texto de la colectiva Ají de Pollo, primer grupo que contó entre sus participantes, con feministas travestis. Texto que puede leerse como un manifiesto que fija posición respecto a las trabajadoras sexuales de la colectiva que se manifestó por primera vez hace un poco más de veinte años.
Desde el escrito de La cerda punk se presenta un catálogo de feminismos no europeos o contra occidentalizados y se trabaja con claridad la distinción entre "colonialismo" y "colonialidad". Texto que despabila con la afirmación de la alimentación como ansiolítico chatarra. La idea de que el talle 38 funciona como burka de las mujeres occidentales, planteada por Fátima Mernissi, feminista musulmana, no puede no conmover.
Nos salpicamos también con algunos fragmentos de Pedagogías de la crueldad en el que Rita Segato intenta pensar consecuencias de la cosificación de cuerpos feminizados, la función moralizadora de la violación, la crueldad como forma probatoria de masculinidad.
En Los desarraigados, Cristina Peri Rossi piensa dichas y desdichas de los desarraigos. Devenires de vidas desenraizadas que flotan acuosas y huidizas sin adherirse a un pasado o a un territorio. O desesperaciones que procuran raíces postizas. O, también, existencias amputadas, despreciadas, expulsadas. Líneas para no abusar, otra vez, de la idea de rizoma.
Hay, además, escrituras que invocan al baldazo de agua fría de lo punk, ese tono que incomoda e inquieta, que astilla certezas y nostalgias. Dice Juan Carlos Kreimer: “Debilidad, nulidad, desilusión y desconfianza conforman algo más que una pose: son la nada cotidiana del punk. La juventud parece tocar fondo. En ese punto, el zero punk, nace el primer movimiento social de los años 70 que tiene plena conciencia de la «nulidad trágica» de la especie humana.
«Moriremos de la polución que creamos; entretanto divirtámonos con el rock», me sugiere en 1972 Lester Bangs, en el bar Bell of Hell de Nueva York.”
Y también nos recorre minuciosamente el trabajo quirúrgico de una lágrima, que trata del relato de una extenuación. Una narrativa poética que está entre el sueño y la intimidad. Cuenta la soledad de un sollozo en una noche dormida.
val escribe para no acatar servidumbres.
Hace una pregunta para acompañar en estos días: “¿Cuándo fue que un monosílabo estableció su hogar en mi deshabla?"
Y otro año se inicia entre ínfimas gotitas-afirmaciones y algunas que funcionan como escrituras-orillas amigas casi como conjuros y melodías que nos acunan: “Ningún tiempo (por más personal que se quiera) se sostiene sin conversaciones que sostengan, sin memorias que acompañen, sin la imaginación de porvenires que trasciendan lo conocido.”
Comments