¡Ah, Cantos, te invocamos…!
Vamos a detener aquellas crueldades, debemos alejar a esos fantasmas mañeros,
siempre ansiosos, que escarban y escudriñan con la ferocidad de los bien cebados…
Vicente Zito Lema
Otro mes en este cuarto año de Adynata con textos desalineados con la biología que insisten en el intento de componer lo imposible, alrededor de esta figura retórica y poética, plural de Adynaton que nos nombra. Pero, ¿cómo tratar de componerlo si mucho de lo que venimos viviendo hace difícil acreditar esto mismo que venimos viviendo?
(Acreditar, ese modo de decir "creer" que tiene el portugués, que trae la confianza entreverada con el dar crédito de lo económico que recuerda que la economía libidinal funcional como una forma de la economía política).
Podemos incluir en el cotidiano las lecturas que encontramos en esta Adynata:
El artículo Memoria de Alejandro Kaufman -un texto que forma parte de un vocabulario crítico de Ciencias de la Comunicación- que interviene, a la vez, de un modo oportuno en estos momentos de ofensivas negacionistas que esperaban agazapadas para retornar. Casi todo se dice en el segundo párrafo: la "memoria (como) la experiencia contraria a la perpetración de exterminios, genocidios o crímenes de lesa humanidad". Y también la memoria como prácticas memoriales que necesitan reinventarse una y otra vez porque hay cosas que no terminan de pasar nunca.
El texto Agarrá el martillo. Nietzsche y las crueldades invisibles, en el que Fernando Stivala plantea que la filosofía a martillazos funciona destruyendo lo dominante, y a su vez, lo diferencia de querer mejorarlo. Afirma “Suponer que en la Argentina no hay violencia porque hace 40 años estamos en democracia es invisibilizar la violencia naturalizada: el terror. El terror estructura esta democracia.” Y se pregunta “¿Cómo hacemos contra violencia? La contra violencia no puede ser calcada de la violencia. La de Nietzsche es una contra violencia que tiene el martillo, pero no es asesina. Es de tipo resistente, defensiva, y no asesina.”
El texto DÉFICIT UNO (... o peor) de Jeremías Aisenberg, una parodia dolorosa y angustiada de un supremo poder que decide dejar de emitir psicólogas y psicólogos, como si se tratara de una población equivalente a la moneda nacional, para terminar con la inflación. Un texto político. Una ironía filosa sobre el momento tremendo que estamos viviendo. Una crítica que también salpica a las poses profesionales.
Daniel Rubinsztejn, vuelve a pensar sobre el cuento de El perseguidor de Cortázar. Entrecruzando ideas con el psicoanálisis.
El psicoanálisis también se hace lugar en el escrito que nos envía Facundo Márquez.
Cynthia Eva Szewach, nos comparte un texto sobre la relación entre maestro y discípulo. Entre Freud y Reik. El maestro cede lugar al discípulo. "¡Escríbalo usted, Reik!", con esas palabras pasa de manos un texto inconcluso. Le sugiere que firme las notas que tomó sobre una conferencia suya como ensayo propio. Reik vacila en ese momento y todavía muchos años después. Freud, ¿quién sabe que significa que cerrara los ojos?.
Ivonne Bordelois propone una versión del mito griego pensando desde Eurídice. Una Eurídice que le reprocha a Orfeo no haber sabido escucharla.
Las Caligrafías Nómades tiran del hilo y las poesías de Ezequiel Nacusse y Marianela Saavedra nos acercan las velas de cumpleaños y las de la noche. Noche que se vuelve polifonía y polisemia en el “Relato de un sucedido. Contado tal y como pasó” y recupera aquella pandemia junto con un ir y venir de ideas que saltan entre lo vivo, la memoriaolvido, el mirar, las ausencias, Borges, Onetti y ese con quiénes de aquellas complicidades que nos hacen hacer. Algo de esto trae el texto ¿Dónde siente un presente? que, entre otras cosas, sostiene "No querer saber lo sabido, supone un rechazo al cuerpo como vulnerabilidad ante lo sensible."
Plantea Deleuze (1986) en los cursos sobre Foucault que podemos leer en La subjetivación. (2015): "¿Qué es un adentro? ¿Qué es un afuera? La línea del afuera debe decirles algo, pertenece a la marina. ¿Qué puede ser el afuera más lejano que todo medio de exterioridad, sino la línea oceánica? El saber es terreno, pero aquí hemos abandonado la tierra desde hace ya mucho tiempo. El saber era una cuestión de formas, las formas son terrestres. La línea del afuera es la línea oceánica. ¿Qué es el adentro? El adentro es la embarcación, es el barco, el pequeño barco, la barca. ¿Pero qué es la barca? La barca es el pliegue del mar, es el pliegue del océano. Cada vez que hay un barco, el océano ha hecho un pliegue."
Y en esto andamos, en la necesidad de encontrar un pliegue del océano, ya no una embarcación sino tan solo una tabla de surf para llevar estos tiempos.
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