Me esperarán en vano,
pues no estoy.
He viajado a mi adentro
y allí estaré
ya siempre.
He viajado a mi adentro
que nunca se termina de conocer
y es tan profundo
como el dolor.
Y por las tardes en él
me tiendo, a las orillas
de la sangre,
y allí me olvido
de cosas tan extrañas
como el pasado,
y allí, que no hay futuro
me tiendo, a las orillas
de la sangre
y miro
la placidez del remanso.
1 – XI- 55
Publicado en La morada imposible Tomo II
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