Texto presentado para el espacio de Hablas emancipatorias en las Jornada Grupos II 2019 “Hablas del Capital, hablas patriarcales, hablas emancipatorias, hablas coloniales.”
Estribillos del horror retumban en el sentido común. Testimonios de cómo se ajusta el umbral de la crueldad tolerable de una época. Obediencias soldadas del capital. Testers de violencias.
Dios, patria y familia
Somos derechos y humanos
El silencio es salud
¿Cómo se modulan hoy esas racionalidades? ¿Qué voces las corean?
¿Cómo es que van delineando el paisaje naturalizado del cotidiano hasta hacerse inevitable, previsible, tolerable toparse con justificaciones de lo injustificable?
¿Conforme a qué estrategias se reeditan opinologías que anhelan memorias completas,
que maceran dos demonios
que sospechan Algo habrán hecho,
que justifican Algo había que hacer
que porfían Están viviendo en el extranjero,
que equiparan Hubo muertos de los dos lados,
que se desentienden Yo no me enteré de nada,
que niegan Nosotros no sabíamos
que versionan guerras, enfrentamientos, errores, excesos donde hubo masacres, fusilamientos, torturas, exterminios?
¿Cómo pensar las continuidades que las ligan con guiones que hoy prefieren hablar
no de Memoria sino de pasar la página,
no de Verdad sino de sinceramiento,
no de Justicia sino de reconciliación?
Continuidades, entonces, en alocuciones que trasparentan negacionismos.
Esas que, con su libreto de gestión, su pobreza CEO, se sinceran:
No son treinta mil
El número se acordó en una mesa
Fueron menos
El curro de los derechos humanos.
Continuidades también las del 2x1 y beneficios domiciliarios para genocidas.
Antes, puntos finales.
Antes, obediencias debidas.
Antes, indultos.
Continuidades, también, las que se engorran:
Por lo menos se podía salir a la calle sin miedo a que te roben,
las que nostalgean:
Acá tienen que volver los militares,
las que anhelan férreas seguridades, manos duras, gatillos fáciles condecorados, paredones, manicomios, bajas en la edad de imputabilidad, abusos gendarmes en barrios, controles ilimitados, vigilancias permanentes, más espacios de encierros, cercos electrificados, bombas que vuelen villas, linchamientos, retornos de servicios militares obligatorios sin cuestionar privilegios de clase, distribuciones desiguales, injusticias naturalizadas, faltas de oportunidades, vulneraciones sistemáticas, derechos negados.[1]
Mientras tanto, resistencias resisten, aguantan, crean.
Señales de la desobediencia de vida que conmueven acatamientos, acallamientos, sumisiones serviles a la impunidad. Insomnios que velan por anhelos emancipatorios sin sepulcros.
¿Qué de la vida sin esas búsquedas incansables de historias falseadas, apropiadas, desaparecidas? ¿Qué sin esas voces que con sus lemas, consignas, banderas insinúan bordes en los que habitar la historia?
Son 30000
Ahora y siempre
Juicio y castigo
Ni olvido ni perdón
Si no hay justicia hay escrache
Resistencias, entonces,
como sacudones anamnéticos[2]
que señalan:
¿Sabías que en tu barrio, en tu cuadra, en tu edificio está viviendo un genocida?
Insisten:
A donde vayan los iremos a buscar
También duelen
y preguntan:
¿Dónde está Julio Lopez?
Incansables, urgentes, imprescindibles incomodan:
El estado es responsable,
Desafían en barrios, escuelas, calles, tribunales, hospitales, clubes, universidades, en cualquier parte:
Transformar el dolor en lucha
Resistencias, siempre colectivas, trenzadas a otras luchas, avivan voces que abren porvenires:
Memoria
Verdad
Justicia
Como inscripciones de lo no apropiado,
por un común posible,
por una vida vivible:
Nunca más
Bibliografía
AA. VV. (2009). GAC Pensamientos, prácticas, acciones. Grupo de Arte Callejero. Tinta Limón ediciones. Buenos Aires, 2009.
Colectivo Jueguetes Perdidos (2014). ¿Quién lleva la gorra? Violencia/Nuevos barrios/Pibes silvestres. Tinta Limón Ediciones. Buenos Aires, 2014.
García, L. (2018). La comunidad en montaje. Imaginación política y posdictadura. Prometeo libros. Buenos Aires, 2018.
Kaufmann, A. (2009). Notas sobre anamnesis argentinas y solución final en La pregunta por lo acontecido. La Cebra. Buenos Aires, 2012.
Percia, M. (2017). Estancias en común. La Cebra. Buenos Aires, 2012.
Risler, J. (2018). La acción psicológica. Dictadura, inteligencia y gobierno de las emociones 1955-1981. Tinta Limón ediciones. Buenos Aires, 2018.
Enlaces web:
[1] http://www.correpi.org/2019/archivo-2018-cada-21-horas-el-estado-asesina-a-una-persona/ [2] Kaufmann, A. (2009). Notas sobre anamnesis argentinas y solución final en La pregunta por lo acontecido. La Cebra. Buenos Aires, 2012.
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