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  • Foto del escritorRevista Adynata

Gregorio Baremblitt. Fuegos klínicos, utopías activas / Mariano Tejo Arroyo

En la constelación Baremblitt habitan la generosidad, el respeto al silencio y a la palabra, la ternura clínico revolucionaria y galaxias de pensamientos y prácticas imprescindibles. Pudiendo ejercer la arrogancia del saber, él, como Bartebly, prefería no hacerlo.

No importa quién o qué introdujo el pensamiento de Deleuze y Guattari en América Latina, pero sin dudas él fue partícula molecular fundamental en ese movimiento.

Una vida Baremblitt, que vivió tanto, podía comentar al pasar, en medio de una conversación, anécdotas con René Lourau, Felix Guattari y otras potencias pensantes con las que trató, debatió, intercambió. Recuerdo ahora uno de esos episodios, al intentar que Felix Guattari le firme una copia del AntiEdipo, Así lo contó alguna vez: “Le pedí que me dedicase mi ejemplar del AntiEdipo que estaba enteramente subrayado en cinco colores diferentes. Él me dijo: "no lo estudies así, cortá un pedazo de una página y tratá de inventar algo al respecto". A partir de ahí me volví a sentir sólo millares de veces. Pero ya nunca me sentí solo teóricamente”.

En otra ocasión, refiriéndose a las modulaciones que presenta el deseo, se preguntaba sobre las formas en que una vida podría elegir, si eso fuese posible, la disposición deseante que quisiera experimentar, advirtiendo acerca de las versiones del deseo que los sentidos comunes, la historia de la filosofía y las psicologías académicas pretendían hegemonizar. Agitaba de modo insurgente, como una posibilidad de vida, otras versiones de deseo que produzcan lo real y no se limiten a definirse por la falta.

Esquizoanálisis y esquizodrama. Campos vitales y originales por los que transitó esa vida que se llamó Gregorio Baremblitt. Agenciamientos colectivos de enunciación para encender utopías activas, modos de creación o creaAcción, en el mar del caos o caosmos.

Baremblitt como espacio de formación y praxis, al cual no le gustaba definir como Escuela. Baremblitt como usina nuclear de invenciones posibles para lidiar y transformar la realidad normativizada.

Baremblitt como ReAlteridades nómades de lo sutil y lo bravío. Construcción de n realidades, n posibilidades, n vidas.

Baremblitt como proliferaciones klínicas, con derivas y desvíos atomizados, más allá de ejercicios clínicos académicos consagrados.

Baremblitt como madeja de multiplicidades, devenires y producción de diferencias. No solo estados de sensibilidad pensante, sino disposiciones realizativas, afectivas, éticas, políticas. Baremblitt también como máquina de guerra exiliada por el Estado Terrorista argentino. Agenciamiento amoroso, hospitalario e inventivo en Brasil, a donde “Fui a parar, y en donde fundé, con otros desterrados, una organización "casi" esquizoanalítica.”.

Baremblitt como crítica lúcida y respetuosa del psicoanálisis; como práctica militante del análisis institucional y los ddhh; como conjugación inmanente en las esquizias del campo clínico, artístico, político, lúdico, imaginativo, ético, rebelde.

Baremblitt como polémica pre-socrática. Alguna vez escribió: “No se trata de que el Ser sea inmóvil o eterno, ni tampoco que el Ser devenga, sino que el Ser es devenir… o el Devenir es el Ser. Dicho de otro modo: El Ser del devenir es la incesante producción de lo nuevo absoluto”.


Estimado Gregorio, componen con tu vida los Pichones, los Artaud, los Rimbaud, los Lautremontt, los Tato, los Gilles, los Guattari y tantos otrxs.

Viejo zorro, guerrero amigo.

Hasta siempre, querido Gregorio


"Sofá" Giorgia Bellotti

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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