LAS ISLAS EN EL MANICOMIO
(Gurka dialogada, 40 años después)
ESCENA I / EL SUEÑO
(El Poeta está en la sombra. Dice un poema mientras poco a poco cae la luz sobre él. Es una luz que como todas las luces trae la vida)
POETA:
¡Ah patria…! esas dulces /
dolorosas
aguas de la conciencia…
¡Ah patria…!
La muerte no es más
que un sueño
una piedra / una nube
que se estrella contra el viento…
y nos roba el alma…
Aparece el MUCHACHO. Es un ser. Viste con la libertad y la imaginación de sobrevivir en la pobreza extrema de un manicomio. Da vueltas y vueltas por el escenario, se acerca de a poco al poeta. Le habla.
MUCHACHO: ¿Qué lee? ¿Qué dice?
POETA: Algo que estoy escribiendo.
MUCHACHO: ¿Escribir es como un sueño, no…?
POETA: Si, un sueño… pero no siempre tiene fin… El punto final es una sombra… Escapa y escapa…
MUCHACHO: Yo también sueño… ¿Quiere que le cuente un sueño? ¿O le dan miedo los sueños?
POETA: No, amo los sueños… Nada hay mas real que un sueño… Cuente, lo escucho…
MUCHACHO: (Entra en ensoñación, acompañado musicalmente)
Estoy desnudo, acostado sobre el barro, con las piernas y los brazos atados… Hay gente a mi alrededor, parece el coro de una iglesia, pero no lo son… no lo son. Tienen botas negras, brillantes, y se tapan las caras con máscaras de animales… La orden la da el de la máscara de tigre y empiezan a golpearme, con látigos… Yo sufro mucho. Yo igual me río… y ellos se enfurecen y me pegan más fuerte, más fuerte… ¡Pegame… pegame…! y yo no puedo detener la risa… Hasta que el de la máscara de tigre me pone boca abajo en el barro… se acuesta arriba mío… y quiere violarme…
Yo rompí mis ataduras con los dientes… y con mis manos lo ahorqué…
(Cambio de tono) ¿Qué dice de mi sueño?
¿Parece un cuento, no? A lo mejor me dedico a escribir…
POETA: Si… escribir y soñar van de la mano… Suelen tener momentos dolorosos, trágicos… Pareciera un laberinto sin salida…
MUCHACHO: Antes, cuando estaba en las islas, yo soñaba mucho… vivía en un sueño… me comía el alma… También antes, cuando dormía en las estaciones de trenes, soñaba mucho…. Aquí, en el hospital, con los medicamentos, se duerme muy profundo y el que despierta no recuerda nada… Aquí la mañana es una trompada en la boca… Aquí no hay nada que hacer… Aquí se cuentan los días que faltan para morir… ¡Pero yo no eh! ¡Yo no!
(Se alucina)
¿Escucha esos ruidos…?
Son los gurkas, están haciendo maniobras militares en las islas, para recordarme que ganaron la guerra…
Escuché la noticia por la radio y me puse muy nervioso. Le pedí al enfermero que me medicara. No puedo pensar en otra cosa…
Hay monstruos que parecen perros… ¡El hospital está lleno de perros! ¡Yo no tengo miedo a los perros, ni a los lobos!
(Mira con recelo a su alrededor, se frota con unción las piernas).
¡Yo combatí en las islas y fui un héroe…!
Nadie me lo perdona. Mis compatriotas me mandaron al hospicio y los gurkas juraron matarme… Esperan el momento, me vigilan. De noche se esconden en los sótanos del hospital. De día se disfrazan de cualquier cosa, hasta de médicos y enfermeros; pero yo los distingo, tienen olor a muertos en vida, a cadáveres que caminan…
POETA: ¿Les tiene miedo? Recuerde, la muerte no es más que un sueño…
MUCHACHO: No. ¡Ya le dije que no! ¡Que no tengo miedo a nada, a nada! (Lo dice y tiembla, quizá sea otra cosa que el temor porque se levanta y grita). ¡Yo estoy en alerta rojo! ¡Los estoy esperando!
(El muchacho se pone en actitud de alerta) ¡Cuidado! ¿Ve a ese enfermero…? Parece que quiere decirnos algo… ¿Ve como escupe, ve como dibuja con el pie una cruz? ¿Vio como corre? ¿Vio el olor que tenía? ¡Es un veneno!
POETA: ¿El olor? ¿El olor de la muerte, de la guerra?
MUCHACHO: Sí, es el olor de los gurkas. El olor del demonio. (Observa su reloj pulsera con detenimiento). Aquí tengo un radar para detectar a los enemigos… Ah, son las seis de la tarde, tengo que medicarme. Usted siga mirando el cielo, a ver si descubre algo… ¿Le gustan las nubes? Si son negras, llueve…
(El muchacho sale corriendo de escena. El poeta se queda un instante. Apagón)
Agradecemos la generosidad de Regine Bergmeijer y de Vicente Zito Lema en acercarnos este adelanto de la obra que se presentará este fin de semana (viernes 1 y sábado 2 de abril a las 21 hs.) en Hasta Trilce. Entradas en venta por Alternativa teatral.

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