Frente a tantos contactos estrechos con el desentusiasmo y la indiferencia, proclamamos:
Basta de la enseñanza naturalizada y normativizada parte de un sistema educativo industrialista. Planes obsoletos y cuadrados que anestesian y dictaminan. Sentido común que se reproduce, estudiantes como una audiencia cautiva. Basta de que lo valioso sea producir más y más valor se dé a quienes más nos desvalorizan. Pongamos fin a ganancias, productividad, generar, plusvalía. Términos que nos definen y nos venden, promocionan, erotizan. Torzamos los derechos, modifiquemos los modos de estar en común con audacia, demora y risa.
Proponemos:
- Derecho a no dejarse moldear.
- Derecho a la autenticidad como primacía.
- Derecho a sensibilidades buceando en la nada.
- Drecho a reconocerse débil y mostrarse vulnerable.
- Derecho a desarmar lógicas identitarias que anclean.
- Derecho a permanecer impermeables a la adultización.
- Derecho a experimentar nuevas formas de intercambio.
- Derecho a cuestionar y modificar el plan de estudios de las carreras de psicología.
- Derecho a que el conocimiento en la universidad sea una construcción activa.
- Derecho a desmantelar privilegios de quienes perpetúan hablas que solo excluyen y propician dolor.
- Derecho a la des-semejanza, ponerle fin a la repudiable lista de cosas que son normales y aceptadas.
¡Compáses de cercanías y distancias, despierten
de esta realidad automatizada, destacamos la importancia de
cambiar la lengua para cambiar la vida!
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