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  • Foto del escritorRevista Adynata

Post Guardia XXV / Débora Chevnik

Ella tiene 11 años.

Se fue de alta un día.

Al día siguiente se despertó en la casa,

y no habló.


Al ritmo de protocolos,

de la coreo del barullo,

de la luz,

y del adultomorfismo

(que se morfa todo),

el silencio,

un silencio,

no encuentra ocasión

para hacer su trabajo.

Fantasmas de enfermedades neurológicas,

y de yapa de los trastornos psiquiátricos más de moda,

hipervigilancias meticulosas,

e incomprensiones actuales,

hicieron sonar todas las alarmas

Activación institucional


Preguntar,

y luego escribir:

paciente colaboradora,

responde al interrogatorio

Sacar un tema piola

que hable de lo que le interesa

que pise el palito (copado)


hablar

hablar

hablar

hasta tener los oídos pipones

llenos de lleno


en el nombre del diagnóstico

de los cuidados

de los derechos

de la prevención

de la salvación

de las definiciones

de las determinaciones

del esclarecimiento

de la evaluación

de la interdisciplina

de lo que se hace

de las indicaciones

de las fantochadas

y de la transparencia,

amén

Activación institucional

¿por quién doblan las causas?


Lo que nace al borde del camino,

lo que solamente nace al borde del desconcierto,

sabe aguardar.

Ahí donde el silencio busca hacer su trabajo, hay música.


Corinne May Botz Baño oscuro (bañadera) Fotografía digital 2004

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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