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  • Foto del escritorRevista Adynata

Rayos que calan el habla / Luana Pedro

"La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas."

Sigmund Freud


Rayos de luz traslucen las investiduras impuestas de un habla estipulada. Ellos calan la piel, calan el lenguaje, calan las formas de expresión, como huesos rotos y quebrados por una misma “forma de sanación”, con ideas impuestas sobre lo que está “bien” y “mal”.

Bienes estipulados, recursos y cotización, seres humanos anatómicos y sintientes, pero que de ellos cuelgan etiquetas, como códigos de barras, como inconsciente colectivo, que se manifiesta con el fin de cotizar. Cotizar etiquetas, en el camino a la validación. Cotizar ideas para el sentido de pertenencia, porque desde la óptica de la construcción de la moral, si se carece de etiquetas, se es pobre de pertenencia.

Enfermos de singularización circulan, pensando que solo existe una lógica que es bendecida por un “saber común”. Saber que vela de manera paradojalmente pacífica, dando confianza y aceptación.

Confianza como máscara, que se cobra ante ruidos o movimientos, cortando libertades hacia la indagación, iluminación y la búsqueda, más allá de los límites. El más allá del principio de imposición, el más allá de la frontera permite funcionar como faro para una toma minuciosa a la hora de seleccionar las palabras, entregándose con el fin de ser elevadas.

Canalización de la comunicación, más allá de vocablos y palabras vacías. No se trata de un proceso de sedimentación, sino de permitir sismos en el lenguaje. Cuestionamientos, a la hora de tomar la palabra, dejando a un lado oratorias delimitadoras. Comunicar como herramienta de transformación de bases apestadas. El caos es desorientación, preocupación y soledad... El caos puede ser la vía hacia la formación de algo, transformar lo impuesto para formar nuevas palabras e intenciones, porque no se trata de desterrar lo inculcado sino de reconocer la desideración.

Entonces ¿cuál es el propósito de la habituación de este caos? El ruido contribuye a la incomodidad siendo -dicha incomodidad- la visualización hacia muchas problemáticas marginadas en las palabras. Propósito, no como una manifestación sólida o como lo esperable, sino como la oportunidad de experimentar una óptica diferente. El ruido es placentero cuando se desecha el residuo de la repetición sin razón de ser. Razones para el propósito de “unos pocos” pero con consecuencias para “muchos”.

En la desorientación o, mejor dicho, en la orientación sobre bases impuestas, el caos puede funcionar como ese rayo de luz que cala los huesos, que cala el habla, porque permite la deriva del cuestionar modos de hablar. Cuestionamientos a la hora de la búsqueda de ¿porqué se dice lo que se dice?, ¿quiénes lo dicen?, ¿cuál es el propósito?, ¿cuál es la intención?. No se trata de un rayo sepultador de palabras, dictador de lo que se debe decir, fronterizo entre “lo correcto” y lo que no, sino dar a luz cuestionamientos, para elevarlos hacia el análisis y la construcción.



Alan Saret 1983 "Trueno leve entrando" Lápiz negro y lápices de color sobre papel 77.1 x 108.1 cm

Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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