Llegas a un puente, y aparece así un acorde diferente que te lleva a otro lugar.
En la música moderna estás en un círculo, una trampa sin salida.
¡La música tiene que mostrarnos una salida, los puentes son terapia![i]
Analista instrumento
El analista se presta a hacer sonar nuevas melodías en un análisis: es el instrumento necesario para que alguien se analice; no es con cualquiera porque la transferencia lo distingue, le otorga un lugar distinto.
Podría ser con cualquiera, pero una vez que es ese…es ese (SsS)..
De un antecedente falso y un consecuente verdadero, los lógicos aseveran que la implicación es verdadera. (F=>V, es V). “Transferenciar” inicia un engaño que paradójicamente permite algún recorrido por algunas verdades; de un falso enlace al desenlace de una verdad.
Analista intérprete
La superficie de las asociaciones permite leer una partitura que sólo se va escribiendo letra por letra, sílaba por sílaba, nota por nota, inscribiendo con el oído lo que se escucha. Y con sorpresa se participa de construcciones léxicas, puentes léxicos: una arquitectura de la trayectoria de palabras y más palabras y…silencios.
Desplazamientos y condensaciones dicen lo que solo puede decirse así, palabras que han jugado con cada uno un juego del que nada se sabe hasta que un acorde diferente, un salto, un asalto rompe la trampa sin salida, y esa ruptura es terapia.
Analizar es asociar, es decir, disociar lo que está unido, pegoteado. Sonidos confusos y aburridos, que se alteran cuando un puente los lleva a otra parte.
Dar lugar y tiempo para que aparezcan los monstruos verbales, que resultan -decía Freud- de una verdadera química de las sílabas. Neologismos a partir de la condensación de palabras y sílabas fragmentadas.
Analista lector
Ocasiones en las que los puentes verbales, por donde atraviesan caminos que
-una vez analizados- realizan al Inconsciente.
A esta lengua fue traspuesto poco a poco todo el complejo de los intereses monetarios que se anudaban a la herencia del padre; vale decir, todas las representaciones a él pertinentes fueron asentadas, a través de este puente de palabras: cuotas-ratas, en lo obsesivo, y arrojadas a lo inconsciente. Este significado de dinero de las ratas se apoyó, además, en la reclamación del capitán a devolver el monto del rembolso; ello sucedió con ayuda de la palabra/puente «Spielratte», desde la cual se descubría el acceso hacia la prevaricación de juego de su padrei.
Un puente de palabras separa, relaciona, conecta, anexa, resta, sumaii. Atraviesa sentidos coagulados para dar paso a sinsentidos que habitan las paradojas. Un paso que es donador de un nuevo sentido, en exceso. Un nuevo producto, un efecto inesperado.
Desesperante habitar el sinsentido, se apela entonces a un restaurador, a un garante divino que mantenga en reserva un sentido final.
Cuando se escucha un chiste y no lo entendemos, y los demás ríen, la incomodidad momentánea, podría devenir en angustia, porque se quebró la complicidad con el relator al quedar abiertos a cualquier sentido y ¡Dios nos salve! de que sea sexual: torpeza, vergüenza quizás…antesalas de angustia.
El sinsentido tiene dientes, muerde al sentido que deviene inestable.
El lector analista atiende al estado del lenguaje en cada sesión.
Analista viajero
¡Todo lo que podría caber en la valija!iii
Síntesis disyuntiva, así define Deleuze a la palabra valija, de las que se aprovecha Lewis Carroll en “Alicia en el país de las maravillas”. Hay palabras que quedan disimuladas en otra que la acoge y a su vez la rechaza.
Compramos el ticket, preparamos la maleta, llegamos a la estación nos acomodamos en el asiento correspondiente y después de tantos preparativos, aún no ha comenzado el viaje. Así describe Freud el inicio del tratamiento, un tren que todavía no parte, que está a la espera de esas palabras que, por vía de la transferencia, y al decir todo lo que se le ocurre -aunque no tenga sentido- abrirán en el trayecto caminos deseantes.
Analista deseante
En el principio (del análisis) era el verbo, un decir que hace acto e inaugura una composición con un instrumento que desea, y ese desear (del analista) se dice en infinitivo:
Sin persona, indeterminado. El verbo infinitivo “dice el acontecimiento del lenguaje”.iv
i Freud S., A propósito de un caso de neurosis obsesiva, T X ,p167, Amorrortu, Buenos Aires 1992.
ii Sumo pontífice construye puentes entre lo humano y lo divino.
iv Deleuze G., Lógica del sentido, Paidós, Barcelona 1989.
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